La Universidad de los Andes ha dado a conocer los resultados del concurso privado Edificio Sociedad Bolivariana - Uniandes, del cual resultaron ganadores Juan Pablo Ortiz Arquitectos. Conoce a continuación las 7 propuestas del concurso.
Extracto de la memoria oficial con las bases del concurso y material de divulgación es cortesía de la Dirección de Campus Sostenible, Universidad de los Andes.
El objetivo del concurso es definir el borde nor-oriental del Campus, por medio del diseño de un lugar con un edificio de uso compartido con la Sociedad Bolivariana de Colombia, que tradicionalmente ha ocupado estos predios. Un edificio localizado en el piedemonte de los cerros, vecino del Campus fundacional de la Universidad de los Andes es una oportunidad inigualable para generar y articular conexiones ecológicas y urbanas con preexistencias patrimoniales y geográficas de gran importancia para la ciudad. En este caso, la presencia de la Quinta de Bolívar, la posible segunda fase del Eje Ambiental, generando una conexión peatonal y de paisaje con la estación del funicular a Monserrate, contemplando el Río San Francisco como ordenador. Tener en cuenta los componentes del paisaje natural, urbano y patrimonial como retos de alta complejidad que demandan equipos integrales de diseño cuya experiencia en la intervención de lugares con características similares, es determinante para la pertinencia de esta nueva construcción.
La propuesta arquitectónica y de paisaje para el edificio Universidad de los Andes - Sociedad Bolivariana de Colombia, debe reflejar de forma contundente los valores espaciales y conceptuales de ambas instituciones.
El proyecto deberá aspectos de sostenibilidad, hacer uso eficiente y racional de los recursos y proponer una relación armónica con la geografía y su entorno natural. Se contempla certificación LEED o similar. El encargo es entonces una intervención urbana, que más allá de la resolución funcional del programa, que refleje los valores de ambas instituciones, al tiempo que debe ser coherente con la imagen de cada una de ellas. En este sentido es determinante que la propuesta permita generar la identificación de la Sociedad Bolivariana de Colombia con este nuevo edificio, sin dejar de lado su integración con la infraestructura de la Universidad de los Andes.
El jurado, compuesto por los destacados personajes de la escena arquitectónica tanto nacional como internacional Pilar Calderón Martinez, Ana Elvira Vélez y Philip Weiss Salas, dieron la siguiente aclaración con respecto a la propuesta ganadora:
El proyecto pone en relieve los valores intrínsecos del lugar dando especial atención a su condición de transición, entre los cerros y la ciudad, entre el campus universitario y la Quinta de Bolívar. Se convierte así en un umbral y no en un límite, de manera que se consigue la permeabilidad del campus con el entorno. [...] Los espacios propuestos tienen unas calidades que promueven una intensidad de uso y de actividad propios de un campus universitario y de un entorno urbano. [...] La disposición del programa exigido se ve representado en la totalidad de la edificación a través de una integración y compenetración de las dos instituciones, lo cual se percibe claramente en su imagen conjunta.
Propuesta ganadora: Juan Pablo Ortiz Arquitectos
Arquitecto: Juan Pablo Ortiz
Equipo: Arq. Santiago S·nchez, Arq. Diego Gutierrez, Arq. Fabián Castiblanco, Arq. Julián Cortés y Arq. Paola Parra
Extracto de la memoria oficial:
JANUS: En la mitología romana, es el dios de las puertas, los comienzos, los portales, las transiciones y los finales. Representado con dos caras mirando hacia ambos lados de su perfil, en dirección oriente y occidente, al pasado y al futuro, es el dios bifronte de las relaciones, del dialogo y de la concilación de opuestos.
TOPOS
“Los espacios más ricos de la arquitectura son los que se producen ENTRE su entorno y el edificio”--Kasuo Shinojara.
El solar de la Sociedad Bolivariana de Colombia, tiene una condición particular, la de ser un terreno “ENTRE” la falda de los Cerros y el inicio de la Ciudad. Esta situación actual , en la cual dialécticamente la ciudad y los cerros se encuentran, requiere de una estrategia urbano-arquitectónica que evite la construcción de un límite duro y contundente que separe naturaleza de artificio.
En consecuencia, el proyecto plantea la conformación de un límite blando y poroso, capaz de conformar un lugar, que de manera dialógica y orgánica permita que los cerros y la ciudad se fundan fluidamente en un espacio intermedio o “ENTRE” su entorno y el edificio.
“¿La forma genera el Leku*, o por el contrario, es el Leku el que genera la forma?”--Eduardo Chillida.
*Leku: una palabra vasca que significa tanto espacio, como lugar o paraje.
El proyecto retoma esta pregunta planteada por Chillida, la cual nos permite entender que la idea de espacio se deriva de la capacidad de ser y estar en un lugar, y de transformarlo mediante la arquitectura en un pensamiento, en un sentimiento, o en una experiencia vivida.
El sitio que ocupará el proyecto, se caracteriza por ser una delgada franja de cerro, que a la manera de una península, se extiende hasta su encuentro con la ciudad.
El proyecto se moldea en un homenaje a este fragmento de los Cerros en su descenso, conformando una concavidad que acoge el paisaje y su magnifica topografía. Y de manera simultanea, su otra cara genera una convexidad que ofrece un límite blando, poroso, abierto y democrático que permite una integración armónica del espacio público y el campus de la Universidad con los Cerros y viceversa.
taller de arquitectura de bogotá
Colaboradores: César David Grisales, Laura Bermúdez.
Practicantes: Gabriela Barreto, Carolina Zapata, Angélica Ruiz.
Renders: Taller Pizarra.
Extracto de la memoria oficial: En términos urbanos, la propuesta para el concurso de la Sociedad Bolivariana y la Universidad de Los Andes plantean un espacio por tradición de carácter privado, pero de vocación público, que a nivel urbano consolida el inicio / remate del eje ambiental y el Parque Urbano de la Quinta de Bolívar, proponiendo así un espacio verde/colectivo para la ciudad.
De manera complementaria, la edificación propuesta se formula a través de una ocupación que permite que la edificación complemente el verde circundante, manteniendo prácticamente toda la vegetación consolidada existente. En consecuencia, se plantea un pabellón formativo en el que prima la conexión fluida con el entorno, creando una secuencia de espacios al aire libre y conectando el Parque de la Quinta de Bolívar, el patio ovalado, la calle de piedra (Calle 19A) y la plazoleta del edificio R.
De acuerdo con la normativa del predio, se utiliza la máxima cabida permitida logrando complementar las áreas verdes circundantes, mantener la vegetación consolidada y resolver la mayoría de espacios con iluminación y ventilación natural. Siguiendo una hipótesis contextual como tipología edilicia, se plantearon premisas proyectuales tales como: la implantación en una manzana ortogonal, el edificio paramentado, el patio, la altura homogénea respecto a la calle, el alero y la cubierta inclinada; permitiendo así que la Quinta de Bolívar siga siendo el elemento representativo del sector. Por su parte, en cuanto a materialidad, se optó por la recuperación de materiales tradicionales como la madera estructural, y la teja de barro, acompañadas por un material genérico como el vidrio.
En términos programáticos, se desarrolla un edificio que permite la autonomía de las dos instituciones, pero a su vez garantiza la integración de las mismas según se desarrollen en el tiempo. Por tanto, el primer nivel se le asigna al programa de la Sociedad Bolivariana y los otros niveles superiores a la Universidad de los Andes; incluyendo la ubicación de un salón multipropósito de uso compartido. Adicionalmente, el edificio formulado plantea una estrategia museográfica, que permite la exposición simbólica de forma cotidiana de las colecciones que posee la Sociedad Bolivariana.
En términos estructurales, el proyecto contempla una base en concreto convencional, para cimentación y sótano, sobre la cual se prevé un sistema aporticado en ambos sentidos, todo en madera, proveniente de bosques de reforestación de más de treinta años, que fomenten aproximaciones de sostenibilidad. Adicionalmente se plantea un amarre perimetral con un entramado tipo canasto, con elementos verticales (cerchas en madera) que ayudan a disipar los efectos de vibración en los pisos. Intentando aprovechar al máximo los dos frentes largos del volumen, se formula dos franjas hacia fachada, libres de estructura que permiten máxima flexibilidad entre las aulas y los student common previstos.
Para estructurar el proyecto de una manera sostenible, se plantean zonas verdes, promoviendo la restauración del hábitat natural, la conectividad ecológica y la atracción de nuevas especies, así como el cumplimiento de los requerimientos LEED. En términos de la vegetación propuesta, se consideraron especies de cerro, prioritariamente nativas, junto a la conservación de tres árboles existentes definidos con mayor valor ecológico, que actúan también como elementos estructurantes en la composición.
Castro Arquitectos
Equipo de diseño: Lorenzo Castro Jaramillo, Daniela González, Santiago Angulo, Ricardo Lopez, Yezid Ropero, David Sarmiento, Julián Jerez, Santiago Gomez, Manuela Tafur, Juan Francisco Panesso, Maria Andrea González, Manuela Neu, Daniel Meléndez, Nicolas Muñoz Muños, Andrés Olmos Trujillo, Juliana Ceballos, Sara Ospina, Ángela María Díaz Sanchez, Sofía Hinestrosa y Álvaro Medina
Extracto de la memoria oficial: Dentro de un impresionante entorno geográfico, el edificio trasciende su condición como construcción física para celebrar el encuentro entre la historia de Colombia y la constante búsqueda del saber. El pensamiento y la memoria se condensan en diferentes instancias que yacen en el lugar; la Quinta de Bolívar, la Sociedad Bolivariana de Colombia, la Universidad de Los Andes y el imponente paisaje cargan al territorio de poética, valor, identidad y significado dentro de un punto privilegiado entre la ciudad y sus habitantes.
El edificio procura materializar una pieza faltante, que construya las relaciones complejas y module las existentes en la búsqueda de la construcción de un nuevo paisaje y un nuevo lugar. El proyecto resuelve la relación que se establece entre la Sociedad Bolivariana de Colombia con la Universidad de Los Andes, cuyo programa se desarrolla en un solo edificio de propiedad horizontal, donde cada una de las partes, manejará lo correspondiente de manera independiente.
Para esto, el edificio trasciende su programa y se convierte en una pieza que celebra el pensamiento del Libertador materializándolo en una gran escalera que retoma el diagrama de los lugares emblemáticos que visitó Bolívar en su vida; los lugares de la independencia. Esta escalera del Libertador es el principal elemento al que se suma el umbral de las banderas de los países bolivarianos, el honor, la memoria y la inquietud por la evolución del conocimiento.
Konrad Brunner Arquitectos
Equipo de diseño: Cristián Undurraga, Konrad Brunner, Daniel Guzmán, Julián Valenzuela y Camilo Concha.
Renders: Gregorio Vasquez
Extracto de la memoria oficial: La extensión del Eje Ambiental hasta los orígenes del rio San Francisco se constituye en la columna vertebral del espacio público del proyecto. Del trazado del canal propuesto, él que nos remite al curso del río, surge una geometría de “ondas expansivas” que se dibujan sobre el suelo, imponiendo un orden nuevo a ese territorio informe articulando, a un tiempo, lo construido y lo natural. La estricta normativa del solar impone un volumen virtual, de tres pisos de altura, que acompaña la pendiente natural de la ladera. Nuestro desafío ha sido transformar ese volumen “resultante” en virtud, haciendo de la topografía un aliado estratégico del proyecto.
Un volumen compacto, inserto estrictamente en el volumen virtual, se erige como contrapunto a la geometría escarpada de la ladera. Dentro de este volumen propusimos una “grieta horizontal” que nos permitió “abrir” el edificio, logrando una transparencia desde la “Calle de la Las Piedras” y lograr, desde allí, obtener una visión nueva de la Quinta Bolívar y el parque que se extiende fuera de sus muros acercando, de paso, el Campus de la Universidad de Los Andes a ese paisaje.
Este espacio público abierto bajo el edificio, intermedio entre interior y exterior, se constituye en una plaza mirador sombreada, desde donde se tiene un dominio de vistas privilegiadas sobre el parque, el cerro Monserrate y la Quinta Bolívar.
Atendiendo la condición topográfica del terreno, la edificación propuesta está formada, en su base, por un subterráneo que acoge el estacionamiento y un piso zócalo, destinado a la Sociedad Bolivariana, cuya iluminación natural considera patios de luz.
Entre este piso y el volumen superior, levantado sobre pilotes, se considera el espacio intermedio que recién mencionábamos: una plaza abierta a la vida pública.
Desde la plaza techada del edificio se tiene una visión amplia de la Quinta Bolívar y el extraordinario paisaje que la rodea, mientras que la zona museográfica de la Sociedad Bolivariana se hace presente en el hall como se aprecia en las imágenes. Es así como la historia recorre verticalmente el edificio a través del vacío central, conectando los distintos programas y usuarios que concurren al lugar.
La Sociedad Bolivariana se ha organizado entorno a un salón luminoso consagrado a la historia de Bolívar y la gesta de la Independencia Nacional. El Paraninfo, en tanto espacio compartido, se ubica en el piso superior aprovechando la mayor altura interna que proveen las rasantes que rigen la volumetría del edificio.
Subrayando la idea del edificio de rendir tributo a la naturaleza y a la Quinta Bolívar se ha dispuesto un espacio en gradería (más funcional que la sala plana) con esplendidas vistas al cerro Monserrate y a la Quinta del Libertador.
Se propuso un volumen compacto y radical, donde la arcilla expresa el carácter de la arquitectura propuesta. Este tejado, que nos remite a la historia, quiere ser desde su abstracción una evocación distante de lo literal. Hemos diseñado una pieza de arcilla original que se constituye en una reformulación de la historia. Esta reinterpretación crítica pone de manifiesto la tensión entre lo local y lo global donde se hace presente, de forma virtuosa, el mestizaje y la transferencia cultural.
La historia de las ciudades americanas, y en este caso particular la historia de la Candelaria, está inexorablemente ligada a la teja.
Leonardo Álvarez Yepes arquitectos
Arquitecto diseñador: Leonardo Álvarez Yepes
Equipo Arquitectura: Angélica Victoria Rodríguez, Mario Corrales, Luis Aranguren, Sergio Meluk, Ricardo Baracaldo, Paula Cano, Alejandra Barragán
Extracto de la memoria oficial: El proyecto responde a las relaciones urbanas existentes entre bordes de la ciudad histórica y la franja Inferior de los cerros orientales de Bogotá. La verticalidad de la topografía, la cercanía con La Quinta de Bolívar y el Edificio Richard de la Universidad de Los Andes son condiciones fundamentales de la memoria y del paisaje urbano del sector y se establecieron como las determinantes principales para la disposición del edificio en el predio; la disposición de un espacio abierto sobre la esquina sur occidental amplifica las relaciones con la ciudad y con el paisaje natural de ésta parte de la ciudad, al tiempo que paramentando la manzana sobre la calle empedrada.
Relaciones funcionales y ambientales
Los lugares de encuentro y la relación entre espacios abiertos y cerrados que motivan las actividades contemplativas y de bienestar se articula en dos áreas principales. La plazoleta permite proyectar la actividad entre los salones y el café. Las cubiertas verdes ubicadas sobre el salón Simón Bolívar conforman un mirador sobre el café, y sobre el bosque ligado a la escalera pública.
El edificio se propone como un único bloque vinculado por un gran punto central que permite la configuración de diversas formas de apropiación a partir de áreas libres externas, sacando provecho de las diferencias de nivel. Esta disposición garantiza que las fachadas respondan a situaciones del paisaje circundante y permite ubicar el programa de la Universidad y la Sociedad Bolivariana de manera que pueden articularse en el hall del edificio unificando las áreas de servicios y las relaciones verticales, al tiempo que permite el funcionamiento autónomo de cada institución.
El confort climático del edificio involucra pocos elementos de protección solar en algunas caras laterales que por su ubicación se ven expuestas durante el día. Sin embargo, las fachadas principales reciben luz norte, evitando el incómodo sol de mañana y tarde en los espacios con mayor afluencia de personas; utilizando sistemas pasivos para garantizar la mayor eficiencia en la edificación, mientras que, las fachadas cortas albergan aquellos componentes programáticos que no requieren condiciones térmicas especiales.
Flexibilidad
La disposición de un sistema estructural de grandes luces, permite la organización de las aulas de la Universidad a partir de un espacio flexible que se puede distribuir y organizar de formas diversas cumpliendo con parámetros de confort lumínico, ventilación y rutas de evacuación para todos los casos. Por otro lado, para el caso de la Sociedad Bolivariana, la posibilidad de establecer accesos en diferentes niveles, y de establecer controles parciales permite la autonomía absoluta o parcial en las diferentes actividades simultáneas de las dos entidades.
Bermúdez Arquitectos
Jefe de Diseño: Daniel Bermúdez Samper, Ramón Bermúdez Obregón
Diseño de Zonas Exteriores: Diego Bermúdez Obregón
Equipo de Diseño: Ricardo Ariza Quintero, Daniela Almansa,Valeria Gómez Lara, Juan David Herrera, Luis Ángel Rivera, Juan Camilo Ortegón.
Extracto de la memoria oficial:
Propuesta urbanística
El proyecto propone la prolongación del Eje Ambiental hasta el cauce abierto del río San Francisco, en la plaza de La Gota, con el fin de conformar un paseo urbano conectado, por un lado a un paseo ecológico a lo largo del río y por el otro con la estación del teleférico de Monserrate sobre el paseo Bolívar. Así mismo, busca construir un espacio público integrador, que nombramos el Parque Vicachá, el cual es la entrada peatonal a la Quinta de Bolívar y que reemplaza el trazado actual, principalmente vehicular. A su vez, este parque será el frente de la Sociedad Bolivariana, su espacio representativo y un punto adicional de acceso a la Universidad de los Andes. Esta pieza es fundamental en la nueva relación de la Universidad con la ciudad, orientada a abrir su campus al espacio público urbano. El acceso a la Universidad ,el parque, será de gran importancia ya que prevemos que será utilizado desde el edificio Santo Domingo, los edificios que se construirán en el proyecto Progresa Fenicia, y la parte proporcional del Mario Laserna, capturando así el 28 o 30% de las áreas útiles de la Universidad. Este espacio público, enfocado al uso peatonal, es la pieza faltante en la conexión entre el Eje Ambiental, el Río San Francisco y los Cerros Orientales.
Estrategia de reparto de aulas e imagen del edificio
La estrategia es mezclar en vez de fraccionar. Así las dos instituciones involucradas se nutren mutuamente y comparten sus fortalezas. Para hacer efectiva esta mezcla entre las dos instituciones, se propone que el jardín posterior sea el “Jardín de los próceres” con los bustos y esculturas que posee la Sociedad Bolivariana y que las pinturas de esta Sociedad estén en los muros de espacios de circulación del edificio.
La imagen de la Sociedad Bolivariana será la inscripción del periplo vital del Libertador se hará en una placa de 8 x 8 metros que incluirá todos los lugares visitados por Simón Bolívar durante su vida. Será un texto con letra tipo stencil, mayúsculas de 18 cm de alto que perforaran la placa produciendo un calado que permitirá el paso de la luz y proyectará una sombra especial sobre la fachada del edificio. El espacio público de la Quinta de Bolívar será también el espacio de la Sociedad Bolivariana.
El edificio
El proyecto cumple estrictamente con la norma de altura y no sobrepasa en ningún punto la altura reglamentaria de 11.40 + 1.50 medida desde el nivel del terreno permitido por la norma. Consecuencia de esto, la cubierta es un plano de doble curvatura que conforma una geometría especial que le otorga un aspecto particular en el edificio.
Para asegurar condiciones óptimas de iluminación, ventilación y temperatura (Evitar humedades del subsuelo) el proyecto propone un patio trasero de 6 metros de ancho que es a su vez el patio de bronces y bustos de la Sociedad Bolivariana y un espacio que le da especial prestancia a la entrada al segundo nivel desde la parte baja de la vía peatonal. A este patio se abren aulas, vestíbulos, baños y algunas oficinas para su iluminación desahogo visual y ventilación.
Para permitir flexibilidad y disponer de aulas de diverso tamaño y configuración, el proyecto se estructura sobre una retícula de 5.80 x 11.60 que permite aulas de tamaños que oscilan entre los 100 y los 25 estudiantes con todo tipo de configuraciones. Se plantea un edificio de planta libre y punto fijo central para ofrecer máxima flexibilidad y eficiencia de áreas y que ofrece una imagen unitaria y no fraccionada
RIR arquitectos
Equipo concurso: Arq. Andres Ortiz, Arq. Carlos Rosero, Arq. Erika León, Arq. Harold Bedoya y Arq. Pablo Zarama
Concepto principal
Conexión y convivencia: De esto se trata esta propuesta, dos instituciones presentes y cada una con su propia personalidad, pero sin egoísmos, pues el entorno, el paisaje, y lo público las definen, y a ello se subordinan estas edificaciones y sus materiales, para beneficio de la comunidad y como complemento de lo ya existente.
Valores del proyecto
Contexto y Morfología
El proyecto resuelve su condición de límite de ciudad y piedemonte mediante un volumen que continua la morfología de manzana, de paramento y patios, y un volumen de una crujía acompañando la topografía resolviendo rasantes, visuales y flujo
Conectividad
De manera similar al Edificio Lleras, el espacio central propuesto se escalona y adapta a la topografía, generando espacios públicos y una conexión entre la universidad y la quinta de Bolívar. Adicionalmente, dicho espacio central articula en sus niveles inferiores los dos volúmenes.
Escala
La Volumetría de la Sociedad Bolivariana es entendida como una reinterpretación de la situación actual del lugar. Su escala austera, su paisaje y topografía se respetan, generando un edificio contemporáneo acorde a su entorno.
Fragmentación y convivencia
Entendiendo la configuración histórica de la parte alta del Campus y reduciendo el impacto de masas grandes y homogéneas, el proyecto se descompone en 2 volúmenes, cada uno caracterizado por un material y una aproximación figurativa distinta, con los cuales se configura una plaza pública, espacio principal de conexión entre la Universidad y el entorno de La Quinta de Bolívar.
Materialidad y patrimonio
Los materiales propuestos, utilizados de manera contemporánea, son los que ya existen en los edificios más antiguos del campus y en la Quinta, son de probada duración y envejecimiento noble, y dan continuidad al entorno, manteniendo una tradición establecida y valiosa.
Paisaje lejano, Monserrate
La Sociedad Bolivariana mantiene su distribución tipológica en torno a dos patios. El patio principal, un peristilo, mantiene su relación con el paisaje lejano conservando la visual hacia Monserrate. El segundo patio, un impluvio, incorpora el agua al proyecto rememorando su cercanía con el río San Francisco y relacionándose a la intervención de paisajismo planteada en el plan maestro del campus y el plan de revitalización el Río.
Lo Urbano
Respetando el plan maestro de espacio público del Campus, y lo definido como el parque de piedemonte en el plan maestro para Fenicia, este proyecto sirve como punto de encuentro de estas directrices, enlazándolas con la Universidad. Atendiendo los lineamientos de la propuesta de revitalización del rio, se incorpora el agua de diferentes maneras como preludio de llegada a la caída de agua del rio San Francisco, antes de su canalización.
Sostenibilidad
El proyecto quisiera, por su relación con el piedemonte y el rio San Francisco, convertirse en un edifico piloto para el manejo integral del agua, midiendo, reutilizando, y minimizando el consumo, de manera que se puedan extraer datos relevantes para la futura optimización del uso de este recurso por parte de la universidad.