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Arquitectos: Pablo Muñoz Payá Arquitectos
- Área: 1396 m²
- Año: 2019
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Fotografías:David Zarzoso
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Proveedores: Alfombras Veo Veo, Cifre cerámica
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Las áreas industriales son lugares que ofrecen grandes espacios y sencilla accesibilidad, características que ya parece imposible exigirles a las zonas urbanas más consolidadas. No es de extrañar que se inserten en ellas tanto comercios como oficinas, en una transición del suelo industrial, cada vez más acentuada, hacia el sector terciario.
Los espacios que son capaces de generarse en la adaptación de antiguas naves, representan una ocasión ineludible tanto para propietarios y empresarios, como para arquitectos y diseñadores. Un ejemplo de ello es el proyecto para Sedka Novias, desarrollado por Pablo Muñoz Payá, el estudio de arquitectura alicantino afincado en Petrer.
El proyecto de reforma de la nave primigenia, compuesta por un sótano y un espacio diáfano de doble altura, consiste en la transformación de ésta en un edificio de tres niveles que alberguen un programa de usos tanto para la venta como para trabajo interno. Así, la nueva edificación, distribuida en planta sótano, baja y primera, se lee a través de esos nuevos niveles, y la conexión entre ellos. Ésta se realiza con una escalera helicoidal insertada en el gran vacío central que se ejecuta, de casi 8 metros de diámetro, siendo sin duda una de las grandes singularidades del proyecto. Este vano central, que obliga a alterar y reforzar la estructura horizontal original, culmina cenitalmente en un lucernario que introduce la luz en la edificación de forma magistral, apagándose ligeramente hacia las plantas más bajas.
En la planta sótano se ubica la zona outlet, contando con probadores, un almacén de generosas proporciones, y un gran taller para realizar arreglos. La planta baja se dedica exclusivamente a la mujer, contando con un área de recepción y zona de espera, junto con probadores de distinta índole, almacenes, servicios y una zona de escaparate. Finalmente, la planta primera se destina al hombre, además de un área de trabajo interno. Este nivel dispone igualmente de su propia recepción y sala de espera, probadores, almacenes, servicios y escaparate.
Desde el exterior, la nave se lee como una caja. Ésta se reviste con chapa ondulada, microperforada, blanca y dorada, un material ligero, que dota a la edificación de una imagen compacta desde la lejanía, mientras en la proximidad se vuelve blanda, casi textil, como un velo de novia. Y es que materialidad y cromatismo tienen un gran peso en esta obra; trabajados en un mano a mano con el cliente, refuerzan el carácter de cada espacio.
En el interior, los paramentos verticales oscuros, opacos, hacen que la luz del lucernario ilumine la escalera de un modo casi ceremonial. La escalera, vista desde sus diferentes puntos de vista, parece un juego de alianzas entrelazadas, mientras que el tono dorado la remarcan como el elemento neurálgico del proyecto. El juego de blancos, grises y dorados matiza los espacios, al establecer cada uno de ellos un diálogo diferente con la luz natural que penetra en la construcción.
En este proyecto, el estudio de Pablo Muñoz Payá, de la mano de una apuesta empresarial clara, redefine un espacio industrial sin temor a crear un espacio singular, atrevido, donde sus visitantes se puedan permitir el regalo de dejarse ilusionar.