La incorporación del acero en la arquitectura a principios del siglo XX es considerada uno de los avances constructivos más innovadores de la historia, lo que permite a los arquitectos crear estructuras con grandes alturas, flexibilidad y libertades nunca antes vistas. Henry Bessemer inventó el proceso de fabricación de acero más exitoso en 1855, pero no fue hasta 1890 que se perfeccionó lo suficiente para ser usado en la construcción. Las primeras construcciones de acero a ambos lados del Atlántico, tanto el Edificio Rand McNally en Chicago y como el Puente Forth en Edimburgo, fueron estructuras récord de su tiempo.
Durante el siglo subsecuente, el acero se destacó como el material preferido de los innovadores arquitectónicos. Ya sea que se trate de las icónicas estructuras abovedadas de Buckminster Fuller, de las torres de Norman Foster o de la operación de alta tecnología del Centro Pompidou, el siglo XX
fue uno en el que el acero permitió a los arquitectos imaginar lo que en siglos anteriores se hubiera considerado imposible. Aquí hay 20 ejemplos.