Corea del Norte es un país conocido por su creciente tensión nuclear, sus extremas amenazas militaristas y sus opiniones draconianas sobre los derechos humanos. Al ser uno de los pocos lugares que quedan en la tierra que está casi completamente cerrado al resto del mundo, se sabe relativamente poco sobre cómo es la vida diaria en este estado comunista. Pero para una nación tan profundamente envuelta en el misterio y la incertidumbre, su bravura arquitectónica proporciona algunas nociones que nos permiten intuir cómo funciona el régimen político en el país.
La era moderna del diseño y la planificación urbana en Corea del Norte comenzó en 1950, cuando el ejército de la nación marchó a través del paralelo 38 y, con la ayuda soviética, invadió Corea del Sur. Al finalizar la guerra, la capital de Pyongyang quedó arrasada, manifestándose como un escenario de completa destrucción y caos. Para remediar la situación, la ciudad entera fue destruida, creando una tabula rasa sobre la cual se construiría una nueva ciudad y una estricta ideología. Tomando como base el urbanismo soviético y el Plan Quinquenal, Corea del Norte adaptó un sistema de construcción que se basaba fuertemente en objetivos cuantificables y cuotas financieras, más que en los aspectos experimentales y formales del diseño arquitectónico. Las calles estrictamente axiales se abrieron formando grandes bulevares enmarcados por edificios de tonos pastel que generaban una sensación de uniformidad constante.
Los principios de planificación urbana del Plan Voisin Corbusierano fueron articulados por Kim Jong-il en su discurso de 160 páginas, Sobre la Arquitectura, en 1991. "La condición básica para armonizar todo el espacio arquitectónico de la ciudad", escribió, "es centrarse en la estatua del líder y asegurarse de que la misma desempeñe un papel principal en la formación arquitectónica de la ciudad". Sus ideales van hasta el extremo manifestando un culto a la personalidad, rodeando cuidadosamente cada monumento construido a los líderes con edificios de hormigón de inspiración soviética.
En general, la ciudad muestra un alto sentido de coordinación que deja a los pocos visitantes que han estado allí la impresión de que la capital fue construida sólo para flexionar su músculo totalitario y para mostrar su riqueza y gloria. Si bien estos exagerados dispositivos de diseño pueden recordar a otras ciudades del bloque soviético, Pyongyang es única en el sentido de que sigue siendo gobernada por el mismo sistema ideológico por el que fue construida. Ampliamente separada de las presiones mundiales de la comercialización y la migración, la ciudad igualmente ha encontrado formas de evolucionar en los últimos años.
Una de las historias más notables que trascendieron desde este aislado país ocurrió en 2014, cuando un edificio de apartamentos de 23 pisos en Pyongyang se derrumbó durante la construcción, matando a cientos de residentes que ya se habían mudado. En respuesta, el Viceministro de Construcción e Industrias de Materiales de Construcción fue ejecutado en la misma semana. En otro caso, Ma Won-Chun, el arquitecto responsable del diseño de las nuevas terminales del aeropuerto de Pyongyang fue exiliado y supuestamente asesinado después de que su propuesta esquemática no tuviera en cuenta espíritu de la identidad nacional y la idea que el Partido promulgaba sobre la belleza arquitectónica moderna.
El régimen norcoreano determina no sólo los diseños, sino también las velocidades a las que se deben llevar a cabo las ejecuciones de los proyectos. Alrededor de las obras de construcción, los trabajadores conocidos como " soldados de la construcción" cuelgan pancartas para difundir las diferentes velocidades de desarrollo. "Estamos construyendo a la velocidad de Pyongyang'" es utilizado por los líderes para incitar una construcción de ritmo más acelerado. Un poco más lento -pero aun así siendo una velocidad de construcción poco realista-, se encuentra la "velocidad Chollima" que se refiere a la velocidad de un caballo alado mitológico que marcó el ritmo del desarrollo inicial de Pyongyang durante la reconstrucción soviética. La "velocidad Masikryong", más moderna, aparentemente dictó la construcción de toda una estación de esquí, un enorme hotel y un delfinario, donde los delfines chinos realizan acrobacias a pedido, saltando en una piscina de agua salada que se abastece mediante enormes tubos de 100 km de largo. Todo este programa fue diseñado y construido en sólo 10 meses.
Sin embargo, las ambiciones arquitectónicas de Corea del Norte a veces son llevadas al extremo, y su incapacidad para distinguir estos defectos puede evidenciarse, por ejemplo, en el Hotel Rygyong. Este enorme edificio en forma de pirámide estaba destinado a albergar 3000 habitaciones. La obra permaneció como una carcasa deteriorada hasta 2008, cuando fue cubierta de vidrio por una empresa de telecomunicaciones egipcia. Destinado a abrirse para una celebración de Kim Il-sung en 2012, el proyecto aún está lejos de completarse y aunque permanece inhabitado, es fácilmente identificable como uno de los iconos más conocidos de la arquitectura norcoreana
Pyongyang también alberga el Estadio Rungrado Primero de Mayo, que cuenta con la mayor capacidad de asientos del mundo con el eslogan "Play Sports Offensively!" (Juega a los deportes de forma ofensiva) y tiene la forma de un paracaídas en pleno vuelo. Recientemente se convirtió en un estadio de fútbol y se adornó con optimismo con los logotipos de la FIFA y los anillos olímpicos, una expresión no tan sutil para el mundo de que estarían interesados en ser anfitriones de un evento internacional. En el interior del estadio, y también en otros edificios más recientemente renovados de la capital, las instalaciones deportivas tienen una simetría axial repetitiva y una paleta de colores consistente de preescolar, lo que da una sensación siniestra de entrar en una casa de muñecas de tamaño real.
No está claro si este estilo de arquitectura proviene de la disponibilidad de materiales en la región, o si es una decisión consciente de diseño. Pero basado en la comprensión de cómo opera esta forma extrema de comunismo, parece ser completamente intencional. Habiendo adaptado los diseños de los extravagantes bloques soviéticos y puesto énfasis en los monumentos, este estilo kitsch en tonos pastel para niños es una clara intención del régimen de proyectar una imagen de sociedad utópica. Corea del Norte pretende utilizar su arquitectura como un anestésico para controlar su población, proyectando una metafórica "cúpula del placer" en el modo Buckminster Fuller y encubriendo las oscuras realidades del régimen detrás de una imagen de cuento de hadas.