Casi sesenta años atrás, Flora Manteola, Javier Sánchez Gómez, Justo Solsona, Carlos Libedinsky y Antonio Diaz imaginaban un edificio con la capacidad de 3.000.000 de libros y 500.000 de revistas y diarios para el concurso de anteproyectos de la Biblioteca Nacional de Argentina. El proyecto de una "gran carpa metálica" iba obtener el segundo lugar frente al actual gliptodonte de hormigón de Clorindo Testa, Bullrich y Cazzaniga.
La propuesta desde su concepción "alertaba la sensibilidad hacia nuevos caminos formales y estructurales", indicaba la crítica del jurado. En 2015, este diseño formó parte de la exposición Latin America in Construction, y hoy su maqueta y planos originales se encuentran en el catálogo oficial del MoMA Museum of Modern Art de Nueva York.
A continuación, la recordamos junto a las palabras de Justo Solsona:
Pensándolo hoy, me asombro de la pasión que teníamos por la arquitectura al intentar hacer un concurso para una biblioteca de tres millones de libros no teniendo ni lugar para desarrollarlo. Por suerte, conseguí un departamento vacío en el piso superior del edificio donde yo vivía, en la calle Migueletes al 700, departamento que nos prestó su dueño. Cosa mágica de ese tiempo.
Allí armamos el lugar de trabajo, donde subía todos los días. Tenía 31 años, estaba casado y teníamos una hija Paula que, desde su columpio, fue espectadora de nuestro trabajo.
Yo era el mayor, Javier tendría 27 años; Flora, creo que aún no se había recibido y Dudy Libedinsky, que era de la edad de Javier. Un grupo de fanáticos recién diplomados de arquitectos. Recuerdo el clima de buen humor, con un tema recurrente, “la biblioteca sería un monumento al libro”, su especialidad estaría referida al espectáculo de sentir la presencia de tres millones de libros formando parte del espacio de esa obra.
Este pensamiento y los dibujos que surgieron de él, lo llamábamos “esmosticismo” (palabra sin significado), porque para nosotros, lo que estábamos proyectando no refería ni al racionalismo, ni al organicismo, ni al funcionalismo... entonces lo bautizamos lo esmóstico.
La fachada lateral sobre la calle Agüero, contenía un gran gomero. Era el acceso principal y, para nosotros, la imagen guía, con la forma de la gran carpa metálica y el gran árbol. Buscamos un buen dibujante para hacer esta lámina, creo que se llamaba Rauch, no estoy seguro. Aceptó el encargo y cuando le propusimos pagarle con un alto porcentaje del premio que fuera, dijo: -No. -Estos planos no van a sacar ningún premio. Así que salimos a buscar unos pesos para pagar esa lámina. Si hubiera tenido más fe en el proyecto, hubiera cobrado varias veces más, porque le habíamos llegado a ofrecer la mitad de lo que sería un hipotético premio.
Recuerdo la pared del living cubierta de distintos dibujos para esa fachada, dibujada por nosotros a escala más chica; y a Paula en el columpio que siempre manteníamos en movimiento para entretenerla.También recuerdo y no olvidaré que, mientras hacíamos el concurso, hablaba con Franz Bullrich y con Clorindo Testa, quienes nos explicaban el funcionamiento de los nuevos depósitos “modernos” de libros (Storemore), que duplicaba la capacidad de guardado. Franz y Clorindo vinieron de visita el día anterior de la entrega para ver el proyecto, que les pareció realmente esmóstico. Nos aseguraron que sacaríamos una mención. No le preguntamos cómo era el de ellos, por cábala. No queríamos saber nada. Otras épocas, donde nos ayudábamos en los concursos a pesar de estar compitiendo. Creíamos en la ética profesional.
- Justo Solsona, 2020.
¿Cuál fue la critica del jurado?
“Trabajo de gran vuelo lírico acorde con la importancia del tema y del lugar. Sus formas, si bien resultarían extrañas, en cambio destacarían al edificio con características muy singulares alertando la sensibilidad hacia nuevos caminos formales y estructurales.
Ocupa el terreno, en superficie, respetando las características físicas del mismo pero la potencia de la masa quitaría, al terreno y al entorno, la escala y la fisonomía que le era propia. Esta circunstancia se acentúa si se tiene en cuenta que el espacio interno se disocia sensorialmente del medio externo a pesar del parámetro vidriado perimetral con que remata la cobertura.
Los accesos al edificio han sido resueltos con un alto nivel de eficacia concluyendo naturalmente hacia un espacio fuertemente caracterizado como es la plaza de ingreso entre los dos edificios, muy acertada en su concepción, uso y tratamiento. La solución se basa en una acertada interacción de separar en dos edificios autónomos y caracterizados, la biblioteca y la hemeroteca, sin que pierdan su vinculación interna y consiguiendo en alto grado la unidad formal entre ellos.
El problema del crecimiento de los depósitos ha sido soslayado habiéndose resuelto partir de la base que inicialmente debe construir las obras para la capacidad llevada a su extremo (seis millones de ejemplares). Se entiende que en caso de construirse los entrepisos en forma progresiva se originarán enormes vacíos en los momentos iniciales que desequilibrarían la especialidad interna tal como ha sido proyectada, con posible influencia negativa en el comportamiento estructural.
Es excelente el criterio de distribución de todos los ambientes de uso público fácilmente accesibles desde un “corazón” de ingreso tal como lo expone el autor en su memoria descriptiva. El criterio suficientemente claro de resolución de los ambientes principales no se ha mantenido en lo que respecta a la distribución e interrelación entre las zonas de gobierno, administrativas, servicios públicos y subsuelos de mantenimiento.
No se entiende porqué el proyectista ha identificado el trazado de las plantas de subsuelo a las proyecciones de los elementos de la cobertura principal de por sí independientes, torturando así innecesariamente la conformación especial de los mismo
Existe una coherente identificación entre la concepción general del edificio y la estructura y cerramiento adoptados. No obstante, no escapa al Jurado las graves dificultades constructivas que su realización entrañaría en nuestro medio.
En síntesis, es una arquitectura desprejuiciada y creativa que mantiene, a pesar de la libertad aparente de las formas, una poderosa coherencia funcional, formal, espacial, y estructural, aunque el Jurado mantiene ciertas reservas respecto a si se mantendría la jerarquía de la idea a través de su concretización con materiales, terminados, encuentros y detalles
