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Arquitectos: Yáñez Hormazábal Arquitectos
- Área: 125 m²
- Año: 2019
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Fotografías:Yáñez Hormazábal Arquitectos
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Proveedores: Arauco, AutoDesk, CHC, GLASSTECH, GRAPHISOFT, Kitchen Center
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La casa se ubica en la esquina de las calles Oller y Caracas del barrio de Recreo, en la ciudad de Viña del Mar, siendo una de las Obras Destacas en la XXI Bienal de Arquitectura y Urbanismo de Chile que convocó bajo la premisa de “lo común y corriente”.
Este encargo surge ante el interés de un familiar por adquirir un departamento, a lo que nos ofrecimos con su presupuesto a dar con un terreno, diseñar una vivienda, no abandonarlo en la construcción y luego seguir queriéndonos, en palabras de ellos: “Hasta ese momento solo habíamos visto las ofertas de inmobiliarias y no era una alternativa construir porque no sabíamos con quién, entonces Dolores y Pablo se nos acercaron y nos pidieron que les permitiéramos buscar algo antiguo para rehabilitar o un terreno para algo nuevo. Si bien no era inmediato, nos animó que nos orientaran y que nada estuviera descartado”.
Esa confianza permitió descartar la inmediatez de la compra de un departamento e iniciar un trabajo conjunto durante dos años y medio, en los cuales nada estaba descartado, el resultado: la Casa Oller Caracas, como una solución de las otras muchas posibles a la demanda de vivienda de esta familia.
El diálogo de la fachada de la casa con el barrio está forzado por el ochavo y un muro precario existente al borde del sitio, que no se demolió, sobre el cual la casa está suspendida, gesto que se repitió hacia el interior, donde el hermetismo de la fachada se contrapone con recintos de grandes ventanales.
Fundaciones, suelos y soleras, bajo algunos muebles, son de hormigón a la vista; luego paredes, tabiques y cielos en paneles SIP, cuidando su revestimiento exterior en lata e interior en madera; puertas, ventanas y ventanales en carpintería metálica. Todo sin mayores terminaciones, lo que exige el arte del buen construir, pues nada se podía hermosear una vez ejecutado.
Por la cercanía que tenemos con quienes habitan la casa, el programa estaba claro, aunque a la vez sugerimos nuevos usos, así la casa cuenta con un patio, tres dormitorios, dos baños, un espacio común para el descanso, las comidas y la cocina, el que se corona con un estudio en altura desde donde se extienden los techos que tanto llaman la atención, los que en rigor corresponden a una fuga en corte de una planta muy ajustada.
Si bien el presupuesto fue acotado, no hay una imposición de austeridad, sino más bien se nos permitió abordar decisiones sobre materiales y técnicas constructivas que no cayeran en asociaciones negativas, cuidando no espantar a los posibles constructores, que en Chile para esta escala de inversión consideran usualmente la arquitectura dentro sus propios servicios.
Así, la Casa Oller Caracas dialoga con una cotidianidad común, que se vuelve extraordinaria en el ejercicio inevitable de suponer como hubiese sido ese día a día de haber optado por la compra de un departamento, ocasión que se abrió desde la arquitectura al intuir una otra alternativa.