En la actualidad, el déficit de vivienda afecta a prácticamente todos los países del mundo. Según un estudio realizado por el Instituto Global McKinsey, 330 millones de familias urbanas en todo el mundo carecen de una vivienda digna, o los costos de la vivienda son tan altos que necesitan renunciar a otras necesidades básicas como alimentos, atención médica y educación para los niños. Según el WRI (World Resources Institute), se estima que 1.600 millones de personas carecerán de una vivienda adecuada para el año 2025.
Resolver este problema es, comprensiblemente, complejo. Tener una buena vivienda significa mucho más que simplemente tener un techo sobre tu cabeza. Una buena vivienda es esencial para la seguridad física y financiera, la productividad económica y el bienestar humano. Además de la comodidad adecuada, es esencial que las casas se integren con la ciudad, los trabajos, la infraestructura y los servicios. Para las personas en situación de calle, este problema es aún más delicado. Entre muchas otras necesidades, tener un lugar para estructurar una vida es esencial para avanzar y prosperar. Un proyecto que enfrenta este problema es Emerald Village Eugene (EVE), una comunidad de micro-viviendas asequibles, que permite a sus residentes comenzar una transición hacia una casa mejor.
EVE ofrece una opción de vivienda accesible y sostenible para personas con ingresos muy bajos, entregando micro viviendas seguras, habitables y asequibles dentro de un entorno comunitario estable. Cada una de las 22 casas en EVE están diseñadas como viviendas permanentes sobre cimientos de losa, e incluyen un dormitorio, una pequeña sala de estar, una cocina y un baño completo. Los residentes no son simplemente inquilinos: son miembros de una cooperativa de vivienda con una participación en la propiedad de la comunidad, lo que les proporciona un activo financiero modesto que se puede cobrar en caso de que decidan mudarse. Los equipos de arquitectos y constructores locales brindaron servicios in-kind para liderar el diseño y la construcción de las unidades, sin involucrar dinero. Una de estas unidades es la DEN Tiny House de Campfire Collaborative. DEN es un acrónimo de Dignify, Empower, Nurture, un diseño que tiene como objetivo proporcionar una vida segura e independiente para personas de todas las capacidades. El diseño compacto y ergonómico es accesible para los usuarios de sillas de ruedas, puede apoyar a un solo ocupante con un animal de servicio, y al mismo tiempo minimiza los costos de alquiler y servicios públicos al limitar el área interior a los 14.7 m2.
Aunque el proyecto tiene una huella mínima, su diseño abierto y su techo abovedado lo hacen sentir más espacioso. Las funciones integradas personalizadas entregan un amplio espacio de almacenamiento, flexible pero sencillo de manejar, y entre sus comodidades se incluyen cocina y lavandería integradas, una ducha sin tina y atención a la accesibilidad de las sillas de ruedas. Sus puertas y ventanas son operables y se han ubicado estratégicamente para permitir la máxima ventilación cruzada, y sus porches cubiertos extienden el espacio habitable y se conectan a las áreas comunes de la comunidad.
El revestimiento metálico exterior envuelve la vivienda continuamente, desde el techo hasta sus muros, formando una carcasa duradera, sostenible y de muy bajo mantenimiento. El arquitecto seleccionó el producto Design Span HP de AEP Span, debido a su sistema de clips ocultos y a la facilidad de instalación para los voluntarios que ayudan con la construcción. Estos paneles metálicos están disponibles en una gran variedad de colores, con diferentes grosores, alturas de nervaduras, anchos, y patrones.
En este proyecto se especificó un panel de 40 centímetros de ancho, con estrías intermedias y nervaduras de alto perfil, reforzando la continuidad visual y estructural. Los diseñadores también pudieron realizar su visión de crear una envolvente gris oscura, sin comprometer el rendimiento energético del edificio.
El movimiento Tiny Houses ha crecido en los últimos años, especialmente en los Estados Unidos, donde las residencias tienden a ser grandes y con mucho espacio subutilizado, aumentando sus costos y utilizando una cantidad insostenible de recursos ambientales para construirse y funcionar. Las viviendas pequeñas, en cambio, buscan promover un estilo de vida un poco más simple y consciente, centrado en la flexibilidad y orientado hacia el espacio público.
Aunque es poco probable que las micro-viviendas sean la solución a la crisis mundial de la vivienda, pueden ser para muchos una opción eficiente cuando se transita hacia una vida mejor.
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