Según Howard Gardner la inteligencia humana se divide en 8 tipos diferentes, siendo una de ellas la inteligencia espacial. Esta es la facilidad de generar modelos de la realidad en tres dimensiones en la cabeza. La arquitectura, al igual que la escultura, es una de las disciplinas que se beneficia de esta capacidad. Exploraremos como ha ido evolucionando la representación visual arquitectónica a lo largo de la historia y cómo se acerca cada vez más a replicar el imaginario de quien diseña.
La proyección mental debe ser plasmada para que otros la perciban de la manera más cercana posible a lo que sus proyectistas la imaginan. Y si bien hoy en día es una cosa del día a día, las técnicas de la representación visual en la arquitectura han venido evolucionando desde hace varios siglos para llegar hasta la actual renderización de realidad virtual y aumentada.
En el siglo XV, el arquitecto italiano Filippo Brunelleschi juntó las matemáticas con las proyecciones mentales artísticas de la arquitectura para traer oficialmente al mundo la perspectiva lineal. Esta técnica aún hoy en día se sigue enseñando en las facultades de arquitectura, arte y diseño alrededor de todo el mundo por la precisión de su escala medible..
Si bien la perspectiva es la base para plasmar la imagen de cómo se verá la obra terminada, el potencial es limitado solo por la imaginación y no depende de las leyes físicas ni las normas de Vitruvio. Un ejemplo de esto fue Étienne-Louis Boullée, quien rechazó la noción Vitruviana de la arquitectura como el arte de la construcción, plasmando que primero es necesario concebir para poder construir. El representa la majestuosidad del Mausoleo para Newton mediante una esfera gigantesca de 152m de diámetro emplazada en una base cilíndrica que nunca fue construida, pero logró plasmar su visión proyectual en secciones, plantas y fachada con una cierta intensión de representar también los efectos al paso del tiempo tanto de día como de noche. La totalidad de la volumetría es notoria en sus dibujos y esta toma el protagonismo de la imagen.
En ese entonces, y similar a muchos otros exponentes, el componente arquitectónico es lo primordial en la imagen, y, si bien aparece la figura humana para dar escala, aun no se abstrae del todo la atmósfera de las espacialidades que se quisieran generar. Quizás porque la arquitectura era un lujo de edificios emblemáticos públicos o mansiones de los más adinerados. Por ende, la grandeza de quien los comisionaba debía verse reflejada en las imágenes.
En este sentido, es interesante como Piranesi representaba la interpretación atmosférica artística de las cárceles que si bien no reflejaban la magnificencia de las construcciones, si transmiten una posible escena de cómo se verían dichas atmósferas de los espacios confinados.
Siglos más adelante, los dibujos en perspectiva serían los que le abrieran el camino en la profesión a Frank Lloyd Wright tras haber dejado la universidad. El renombrado arquitecto norteamericano era conocido por visualizar y dibujar sus propuestas y terminaban siendo impresionantemente cercanas a la realidad una vez terminadas.
Poco tiempo más adelante el alemán Helmut Jacoby, uno de los mejores exponentes de la representación visual, a través de múltiples técnicas (desde dibujo con rapidógrafos hasta representación con aerografía) generaba precisas ilustraciones arquitectónicas tanto interiores como exteriores, que en algunos casos se aproximaban a los renders creados por las computadora más actuales.
Con los avances tecnológicos y las corrientes más influenciables, la representación no solo avanzaría en términos de técnica sino también en concepto. En la década de 1960, otras corrientes de pensamiento radical como Archigram, Superstudio o Archizoom presentaban una crítica a la producción de la metodología de diseño y arquitectura con imágenes quizás más afines a comics que a publicaciones arquitectónicas.
Consecuente con las nuevas técnicas de representación pero también de acuerdo a las corrientes de pensamiento, una de las técnicas que mejor trabajo con esta unión fue el collage. El principio de esta técnica se basa en una imagen compuesta por piezas recortadas de diferentes orígenes y pegadas, jugando con las profundidades para crear un fotomontaje.
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No sería hasta la evolución tecnológica de la asistencia de los computadores para el diseño y la profundización en la generación de modelos 3D, que la visualización de arquitectura comenzaría a apoyarse de herramientas que especialmente habían tomado fuerza desde otras prácticas como el cine, el diseño, la fotografía y los videojuegos. Hoy en día, los avances en las imágenes generadas por computadora (GCI) han encaminado la visualización de arquitectura hacia el hiperrealismo.
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Las nuevas tendencias marcan la dirección de la visualización de arquitectura hacia la Realidad Virtual y la Realidad Aumentada, las cuales dependen – por ahora- de dispositivos multisensoriales que llevan la experiencia de entrar en el modelo arquitectónico. Quizás es lo más cercano que se puede llegar a entrar en la mente de aquellas personas que idean la visualización en un comienzo. Sin embargo, las técnicas más sencillas de fotomontajes, bien sea con base en modelos 3D generados por computadora o fotografiando maquetas, siguen siendo técnicas empleadas por las más reconocidas oficinas. Lo artesanal puede que nunca muera, más bien puede complementar a las técnicas de avance tecnológico más vanguardista.
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