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Arquitectos: Encaixe Arquitectura, Prieto + Patiño
- Área: 756 m²
- Año: 2018
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Fotografías:Héctor Santos-Díez, Manuel González
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Proveedores: Acira Metal, AutoDesk, Cypecad, ELEVATE, Ecoforest, Europerfil, Sutega
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El proyecto parte de la aproximación a una parcela compleja en el Polígono de A Veigadaña por su irregular geometría y su proximidad al cauce del riachuelo canalizado con el que linda. La incomodidad generada por la necesidad de colmatar la edificabilidad de la parcela con esa geometría anómala lleva a imponer una geometría más pura, un círculo, en el que se inscriben todas las funciones de la escuela y dos paralelepípedos que regulan los accesos al exterior. Una geometría regular y reconocible que trataba de aportar orden a un entorno de contrastes: por una parte la trama industrial del polígono y vías de alta capacidad, por otra la presencia viva del mundo rural y el Camino de Santiago procedente de Portugal.
La escuela orienta sus huecos principales al sur en una secuencia de ventanales y lucernarios protegidos de la radiación directa de los meses de verano por pronunciados voladizos, permitiendo simultáneamente la radiación directa en los meses más fríos. Respondiendo al elevado nivel freático de la parcela se decide elevar el edificio con una losa volada de hormigón, permitiendo que la vegetación autóctona del edificio llegue a colonizar todo el suelo dejando una fisura de sombra en su encuentro con el terreno. La proximidad del polígono industrial nos llevó a explorar el lenguaje y materiales de las naves industriales próximas para proponer una pieza que fuese capaz de dialogar con lo existente y, simultáneamente, señalarse como un elemento singular y equipamiento de servicio comunitario.
Por esto, por el reducido presupuesto y atendiendo al corto plazo de ejecución disponible se optó por una estructura metálica atornillada sobre la que se disponen perfiles metálicos grecados y una cubierta deck ligera que conforman la imagen de interior y exterior de cubiertas y pérgolas al quedar vistos. La f achada se conforma con chapas metálicas onduladas y grecadas que se microperforan en el patio y ante los huecos que se abren al paisaje circundante, permitiendo la visión desde el interior, pero garantizando confort, privacidad y seguridad en todo tipo de circunstancias. Un proyecto que trata de entender y ayudar a ordenar el encuentro de realidades y necesidades que en él confluyen.