Arquitectura para replantear la independencia de Colombia

El 20 de Julio es la fecha en la que Colombia festeja su independencia del dominio de los españoles sobre el territorio. Dos siglos después, la idea de independencia es debatible. Aunque la república colombiana si es independiente (por constitución), hay legados colonizadores que imperan estructuralmente la sociedad hoy en día.

Este no es un fenómeno exclusivo del pueblo colombiano, pues toda América ha sufrido la misma suerte. Lo que queda de los pueblos explotados y ultrajados, colonizado, impuestos a creencias políticas y religiosas extranjeras que no respetaban sus costumbres y ya dominaban el territorio con su propia arquitectura. El desarrollo urbano ha sido bastante ajeno a las tecnologías constructivas superiores aun estudiadas como el comportamiento granular de las estructuras incas. O en el territorio actual de la Ciudad de México, que cuando era territorio azteca el urbanismo se adaptaba al lago Texcoco. Después, tras la invasión del desarrollo español, secaron el lago y ahora la capital mexicana sufre las consecuencias.

Programas de mejoramiento de vivienda en zona maya. Motul. Image © Onnis Luque

Si a esto le sumamos además que parte del recurso humano que se usó para construir las “nuevas tierras” del antiguo continente fueron esclavizadas desde África, y otros indígenas locales al llegar, podríamos inferir que el progreso de este lado del planeta ha sido “a las malas”. Los conquistadores importaron enfermedades y costumbres que acabaron con innumerables pueblos nativos, y que hoy son pocos los que se mantienen más intactos, bien sea por luchar su cultura y costumbres -cómo lo hacen los mapuches en Chile- o por mera supervivencia sumergiéndose en lo profundo del territorio amazónico. Para los que conviven con el legado racial de la colonización americana sufren discriminación por sus razas y sus culturas, por más que son los verdaderos locales, estamos lejos de respetar y honrar su origen.

HElicoptero sobre ciudad perdida, Tayrona. Image vía Shimmy Berkley [Wikipedia] Bajo licencia [CC BY-SA 3.0]

Dos siglos después, el desarrollo vuelve a importar una pandemia que pone en riesgo la población y la costumbres, teniendo que “re-adaptarse” a la supuesta nueva normalidad. ¿Hasta dónde le compete a la arquitectura un rol en esta discusión?

La arquitectura es una creación humana y sirve a la población humana que se emplaza en un cierto territorio. Si se registrara la actualidad en documentos que miles de años en el futuro fueran a estudiarse habría el siguiente testimonio sobre el pueblo colombiano - y muchos otros de Latinoamérica-: 

Colombia es un territorio con una de las biodiversidades mas ricas del planeta posicionado en la zona ecuatorial. Estructurado por la tripartición de la inmensa cordillera de Los Andes al llegar al norte del sur de América, contenida por los océanos Pacifico y Atlántico. Dentro del territorio los recursos naturales principales son el petróleo, el gas natural, el carbón, hierro, níquel, oro, cobre, esmeraldas, cultivos y muchísimo recurso hídrico. Selvas, llanuras, montañas, nevados, desiertos y pueblos asentados desde las costas hasta lo más profundo del territorio. Un área territorial de 1.142 millones de Km2. Su población para el 2020 ronda en los 50 millones de habitantes. Su diversidad cultural está compuesta por las siguientes categorías según el Censo del DANE:

Mayoría

  • Caucásicos y Mestizos: >38 millones

Minorías (cifras inexacta debido a la metodología de catastro y censo del momento)

  • Negros, Mulatos, Afrodescendientes y Afrocolombianos: > 2,9 millones
  • Indígenas: > 1,9 millones 
  • Raizales: > 25.500
  • Palenqueros: > 6.600
  • Gitanos: > 2.600
  • Sin respuesta: > 595.000

Cabe resaltar esa minoría poblacional está compuesta por más de 80 etnias.

Kogis en ciudad perdida. Image © Dwayne Reilander [Wikipedia] Bajo licencia [CC BY-SA 4.0]

Con tal variedad poblacional la arquitectura colombiana debería reflejar un regocijo absoluto de diversidad además correspondiente a su variedad geográfica. Sin embargo, la imagen registrada y popular de la arquitectura en el país es predominantemente urbana. De la población total, solo 11 millones -inexactos- son habitantes en zonas rurales. Opuesto a lo último, el balance del área rural versus la urbana solo cubre el 0,3% del territorio nacional.

¿Por qué no nos hemos independizado del todo entonces? Quizás quedó impregnado en nuestro ADN el “adorar” al extranjero por su aparente superioridad, y esta tendencia sesga a promover sus culturas, técnicas y decisiones. Pero esas decisiones por las que rigen la construcción y el urbanismo en esas tierras provienen de otros contextos con otros recursos. Los trazados urbanos que organizan muchas de las ciudades latinoamericanas parten de la cuadrícula - ideal para un campamento militar, no una ciudad- que estructura la plaza central contenida por los poderes políticos y religiosos. Partiendo de es cuadrícula se ha extendido la urbanización esparciéndose sin mayor control sobre los fenómenos geográficos, cambiando inclusive el cause de ríos a conveniencia, lo cual trae severas consecuencias para las generaciones que las asumen después.

Plaza central de Villa de Leyva. Image © Nestor Gonzalez Alonso [Wikipedia] Bajo licencia [CC BY-SA 4.0]

Si estudiamos algunos de los asentamientos antiguos, se adaptaban a las condiciones naturales sin alteraciones bruscas, y así vivían en armonía con los cambios fluctuantes. Y entonces entra a colación cuales eran los principios que estructuraban a estos pueblos. Si aprendemos esas morales que eran empáticas con el territorio donde se emplazaban, vemos que repercute en la manera en que se estructura la sociedad también y como se refleja en los proyectos urbanos y/o arquitectónicos.

Esquema urbano revitalización de la Albarrada de Mompox. Image Cortesía de OPUS

Si aprendemos que el respeto por el territorio donde vivimos es primordial, pues son muchas vidas las que se comparten en esos espacios, podremos transmitir eso como un común denominador para los otros aspectos que rigen nuestra sociedad: cómo educamos a las nuevas generaciones, cómo convivimos, cómo comerciamos y eventualmente llega a quienes legislan y toman decisiones por sus pueblos. En ese entones podremos comprender el beneficio de alejarse del egoísmo y que lo que le conviene al ente colectivo es beneficio para todos, sin exclusiones. 

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Sobre este autor/a
Cita: Santiago Baraya. "Arquitectura para replantear la independencia de Colombia" 21 jul 2020. ArchDaily Colombia. Accedido el . <https://www.archdaily.co/co/944046/arquitectura-para-replantear-la-independencia-de-colombia> ISSN 0719-8914

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