Explorando la evolución de las ciudades y metrópolis del mundo, la tercera edición de la Bienal de Arquitectura y Urbanismo de Seúl (SBAU 2021), titulada "Crossroads, Building the Resilient City", será dirigida por el arquitecto y urbanista francés Dominique Perrault.
ArchDaily tuvo la oportunidad de hablar con Perrault para saber qué será diferente en esta bienal en particular.
Fabian Dejtiar (FD): ¿Qué hay detrás de la inspiración para el tema de este año "CROSSROADS"?
Dominique Perrault (DP): La Bienal de Arquitectura y Urbanismo de Seúl pertenece en primer lugar a las ciudades. Nos da la oportunidad de cuestionar qué tipo de ciudad queremos establecer en el futuro. Esta tercera edición, titulada "Crossroads, Building the Resilient City" estará, como su nombre lo indica, en la encrucijada de las posibilidades. "¿Dónde queremos vivir?" es la pregunta que plantea la Bienal 2021. Tratará de analizar el tiempo presente como una forma de anticiparse a los acontecimientos futuros y dibujar una visión de lo que viene para la ciudad del mañana.
La figura de la encrucijada refleja la complejidad de la producción arquitectónica contemporánea que ya no puede percibirse, por sí sola, como la matriz de la ciudad. La ciudad contemporánea es un espacio en el que se desarrollan varias superposiciones e interacciones. No es un conjunto completo sino una red de lugares desarrollados a través de planes urbanos permanentes y múltiples.
La construcción de la ciudad se ha convertido, y lo será cada vez más, en un arte híbrido cuyo objetivo es hacer la ciudad habitable y confortable para todos. También elegí la figura de la encrucijada, que forma una especie de rosa de los vientos, porque es un símbolo de dinamismo, inspiración que permite pensar en la ciudad como una invención colectiva, alimentada por la unión de habilidades e ideas. Esta rosa de los vientos está compuesta por cinco figuras temáticas, cinco sinergias que representan el mayor número posible de caminos analíticos para contribuir a la construcción de la ciudad resiliente. Cada una de estas "encrucijadas" aborda uno de los campos disciplinarios que conforman la ciudad: la arquitectura, el urbanismo, el paisaje...Al desvelar experiencias, proyectos o producciones, examinaremos cómo las ciudades y sus diseñadores son capaces de ofrecer nuevas perspectivas para un planeta más sostenible.
La Bienal será finalmente una encrucijada, un lugar de convergencia. Ubicada en la ciudad de Seúl, desearía que la bienal pudiera ir más allá de la duración de sus programas y proyectos propuestos, para dejar un legado inspirador para el futuro desarrollo de las ciudades.
FD: ¿Qué entiende usted por "Ciudad Resiliente"?
DP: Quería grabar la Bienal de Arquitectura y Urbanismo de Seúl con el tema de las ciudades resilientes. En el corazón de esta entidad urbana, ahora la tercera megalópolis más poblada del mundo, con más de 25 millones de habitantes, este tema me pareció particularmente relevante.
El término "resiliencia" se ha aplicado a las ciudades desde el campo de la psicología a través de las nociones de ecología. Se refiere a la capacidad de recuperar la estabilidad, de lograr adaptarse luego de una situación adversa. La resiliencia, por lo tanto, incluye la idea de una reacción positiva como resultado de un choque inicial. La idea de resiliencia está alineada con la idea de durabilidad.
La humanidad ha construido ciudades, y estas zonas edificadas constituyen los paisajes artificiales en los que han evolucionado nuestras sociedades. Sin embargo, en el mundo contemporáneo, sujeto a varios peligros y limitaciones (ambientales, demográficas...), las ciudades ya no pueden crecer indefinidamente. Hay que empezar a construir menos pero de mejor manera, transformar y compartir para limitar la extensión urbana y mejorar el confort de todos. Fomentar la densidad y la diversidad forma parte de la resiliencia. Permite reducir la dependencia de los habitantes de las ciudades con respecto al automóvil, preservar las zonas verdes, generar un importante ahorro de energía, pero también reforzar la identidad territorial de los lugares, promoviendo las interacciones sociales.
Por lo tanto, la ciudad resiliente es capaz de reinventarse y transformarse a sí misma colocando a las personas en el centro de sus prioridades, mejorando su calidad de vida. Los edificios deben tener varias vidas, y satisfacer necesidades que aún no hemos imaginado. También implica una visión arquitectónica no alejada de los temas de urbanismo y paisaje. Pienso y espero que los futuros edificios ya no sean unidades aisladas o autónomas, sino que estén en relación con su entorno social, económico y medioambiental.
Mi trabajo sobre la relación de la parte superior a la inferior de la ciudad se desarrolló a través de varios proyectos y estudios prospectivos, vinculados a esta preocupación en torno a la resiliencia. De hecho, podemos alimentar las producciones arquitectónicas que pertenecen al "arriba" desde abajo, proporcionar servicios y apoyo, al igual que un árbol se nutre de sus raíces. En este enfoque, hay una posición comprometida, incluso política, que consiste en limitar el desarrollo de la ciudad, oponiéndose a una visión "depredadora" de la ciudad que consume cada vez más territorios. La ciudad resiliente debe desarrollar otra idea de proximidad: como resultado de esta crisis sanitaria mundial, se nos presenta ahora como una necesidad absoluta. Mi visión de la ciudad resiliente sería, de alguna manera, un manifiesto de estas nuevas proximidades.
FD: La SBAU 2021 será un evento arquitectónico global producido después de que la pandemia alterara y cuestionara los cimientos de nuestra moderna y tecnológica civilización. ¿Qué será diferente en esta bienal?
DP: La Bienal de Arquitectura y Urbanismo de Seúl 2021 (SBAU 2021) será el primer evento internacional de arquitectura que se realice después de esta crisis sanitaria. Esta última tendrá una innegable influencia tanto en nuestros futuros estilos de vida como en la gestión de las ciudades.
Este evento ha inducido sin duda un cambio en la forma de ver la ciudad, en la noción de proximidad y sus ventajas. Además, ha generado una conciencia global medioambiental, la contaminación... ¿Cómo pueden los arquitectos, urbanistas e investigadores de todo tipo pensar, responder o anticipar estos episodios potencialmente recurrentes? Esta crisis debe servir de señal desencadenante para animarnos a encontrar soluciones sostenibles para un futuro mejor.
Necesitamos una Bienal útil, una inspiradora que exprese un fuerte compromiso tanto de las ciudades como de sus diseñadores. Este evento nos obliga positivamente a cambiar nuestra forma de hacer las cosas, a pensar en la ciudad como un invento colectivo. Arquitectos, urbanistas, desarrolladores, constructores y políticos deben trabajar juntos y poner en común sus habilidades. Tenemos que crear vínculos, reinvertir el espacio de manera diferente, crear más hibridación, redes, y convertir sin destruir.
Por lo tanto, el tema SAFE/RISK se propuso dentro de la Bienal para reflexionar sobre estas cuestiones de seguridad y riesgo, ambos parámetros que son intrínseca e históricamente parte de la función de la ciudad. Más de un año después de la aparición de esta pandemia, podremos reflexionar sobre su impacto, y a lo largo de la duración de la Bienal se organizarán una serie de eventos, reuniones y conferencias para compartir experiencias, posibles lecciones a aprender y perspectivas. Como plataforma internacional, la Bienal será un foro multidisciplinario de intercambios. También esperamos que pueda servir como detonante para el movimiento, modificando nuestra relación con la arquitectura y el urbanismo más allá del evento en sí mismo.