En los próximos diez años se espera que nuestras ciudades experimenten un proceso de transformación sin precedentes. Según las estimaciones publicadas por la ONU el año pasado, para el 2030 habrá 43 megalópolis en el Planeta Tierra, aquellas con al menos 10 millones de habitantes. Además, el estudio indica que la mayoría de ellas se concentrarán en los países considerados subdesarrollados. Y para mediados de siglo, casi el 70% de la población mundial estará urbanizada. Además, se espera que el 90% del crecimiento de la población urbana se produzca en África y Asia.
En el marco del auge mundial de la urbanización, se ha introducido el concepto de coliving como instrumento estratégico para combatir la falta de viviendas asequibles en las zonas metropolitanas y para proporcionar a los trabajadores más jóvenes una mejor experiencia comunal. Mientras que los ciudadanos comunes se esfuerzan por encontrar viviendas asequibles, los espacios de convivencia se han convertido en una tendencia entre los millennials, en particular en ciudades como Beijing, Shanghai y Guangzhou en China, donde la crisis de la vivienda es especialmente grave.
Conviviendo con mejores amigos
Mi Xiao es arquitecto y actualmente vive en Guangzhou, China. Como la mayoría de sus compañeros millennials, Xiao pasa la mayor parte de su tiempo en el trabajo o con sus mejores amigos. En este contexto, la idea de crear una comunidad de coliving surgió casi espontáneamente.
Pensando en ello, Mi Xiao decidió convertir una vieja fábrica de caramelos en un espacio de convivencia para compartir con sus amigos. Juntos decidieron llamar a la iniciativa "comunidad sin fronteras", abriendo las puertas a otras personas y ofreciendo una opción accesible y sostenible a muchos jóvenes que buscan la vida en la gran ciudad.
Basándose en los hábitos de vida de cada amigo, Mi Xiao diseñó cada una de las seis habitaciones de la comunidad de acuerdo a su estilo de vida. El espacio interior de la antigua fábrica fue entonces dividido y transformado en un gran espacio común. Las habitaciones fueron diseñadas para animar a los amigos a pasar más tiempo en las áreas de uso colectivo, fomentando la coexistencia y la socialización en un espacio diseñado para trabajar y vivir juntos como una gran familia.
Además de los espacios privados y las áreas de uso común, Mi Xiao buscó insertar otros espacios compartidos que intentan aproximar y fomentar la interacción entre los residentes, sus vecinos y amigos. Por ejemplo, el patio puede utilizarse para eventos más grandes como reuniones, fiestas y proyecciones de películas al aire libre.
Conviviendo con colegas
Wang Shuo es un arquitecto que ha estado estudiando el fenómeno de coliving en las megalópolis. Recientemente desarrolló el proyecto del Centro Comunitario Juvenil de la Provincia de Jilin, un espacio de coliving diseñado para recibir a jóvenes graduados que desean dejar su hogar pero que aún no tienen las condiciones financieras para alquilar una casa o apartamento para ellos mismos. Como una especie de residencia de estudiantes, la innovadora propuesta de Wang Shuo es algo entre un trabajo y una vida en común. Con amplios espacios para vivir, los residentes del Centro Comunitario de Jilin pueden disfrutar de una serie de beneficios que en un apartamento más pequeño serían imposibles: comedor y sala de estar, cocina, gimnasio y sala de juegos.
"Diseñado como una pequeña comunidad, este edificio permite a sus residentes compartir su tiempo y experiencias de vida con muchos de sus colegas y amigos." Dijo Wang Shuo, el arquitecto.
Con capacidad para hasta 800 residentes, el edificio de dormitorios estaba estructurado en cuatro alas, dos femeninas y dos masculinas. En una ciudad fría como Jilin, donde las temperaturas invernales pueden alcanzar menos treinta grados centígrados, los espacios de uso común son muy bienvenidos cuando uno no puede salir de casa.
Wang Shuo eligió conscientemente habitaciones sin baño y con áreas de almacenamiento ubicadas en el exterior. De esta manera, la idea es animar a los jóvenes a pasar más tiempo en los espacios comunes, fortaleciendo el sentido de comunidad. Con espacios privados más pequeños, se podrían maximizar las áreas de uso colectivo, permitiendo la creación de una serie de balcones compartidos en el perímetro del edificio, así como áreas más amplias para actividades en grupo. Se diseñó un gran atrio con escaleras para mejorar los encuentros casuales e inesperados, proporcionando mejores condiciones para que los jóvenes hagan nuevos amigos.
Conviviendo con emprendedores y freelancers
En China, cuatro jóvenes arquitectos se unieron para crear un coliving en los Hutongs de Pekín, una especie de callejón o pueblo formado por antiguas casas tradicionales chinas. Aunque crecieron en diferentes regiones del país, los cuatro colegas quedaron deslumbrados por la idea de vivir en un hutong, lugares cargados de historias y que están desapareciendo muy rápidamente con el voraz proceso de expansión urbana en China. Con esto en mente, decidieron empezar un verdadero negocio, adaptando un pequeño edificio con un patio junto al segundo anillo de circunvalación de Beijing.
Desde el patio interior se puede observar cómo planearon inteligentemente los espacios de la casa: un estudio, una cocina, una biblioteca, baños y dormitorios, todos muy bien organizados alrededor del espacio abierto con dos grandes árboles de ginkgo.
La renovación de esta estructura histórica se hizo con un presupuesto muy reducido debido al alto costo del alquiler. Los arquitectos optaron por utilizar materiales ligeros y técnicas de construcción sencillas, minimizando los costes de ejecución y maximizando la funcionalidad del espacio.
El patio se mantuvo como un espacio abierto para el encuentro y la socialización. Además, aprovechan este espacio para organizar reuniones, pequeños eventos y exposiciones durante todo el año. Cada mes, invitan a un artista diferente a pasar una temporada en su Hutong. Juntos, desarrollan un trabajo artístico de colaboración inspirado en la vida comunitaria. Además, la conexión directa con el espacio de la calle le da mucha vida al edificio.
Conviviendo con extraños
Spencer Ke es uno de los líderes del proyecto 9 Floor Co-Living Apartment en Taipei, una iniciativa diseñada para proporcionar una alternativa barata y cómoda para los jóvenes recién llegados a la capital de Taiwán.
Para empezar, Ke y sus socios renovaron un antiguo hotel de nueve pisos, manteniendo las veintidós habitaciones existentes y añadiendo una serie de nuevos espacios que incluyen un café, una galería de arte, una sala de estar y un comedor. Una vez completado, abrieron un proceso de selección para aquellos que querían formar parte de la comunidad.
"La convivencia puede no ser la mejor solución para controlar el precio de los alquileres en las grandes ciudades, pero sigue siendo una gran manera de construir comunidades y reunir a los jóvenes con intereses comunes", dijo Ke. Elegir vivir con gente que no conoces al principio puede parecer arriesgado, pero es una forma de construir una gran familia, de reunir a personas con diferentes experiencias y visiones del mundo.
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