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Arquitectos: BAarqs
- Área: 205 m²
- Año: 2019
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Fotografías:Walter Salcedo
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Proveedores: EQUITONE, Maya, Robert McNeel & Associates, ZBrush, a y v Group
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El Proyecto nace como un requerimiento de ampliación de un edificio existente. En un primer análisis, se pudo verificar que la pre-existencia tenía un carácter formal y organizativo netamente genérico devenido de la reformulación de una tipología u organización básica: La casa Chorizo.
El solar está dividido en tres crujías perpendiculares a la calle y una sucesión progresiva regular de crujías paralelas a la calle. Dos de esas crujías encierran programa y la restante oficia las veces de conexión hacia otro programa alternativo que funciona en un lote contiguo hacia el centro de la manzana. La ampliación sucedería arriba, en un nuevo estrato, y aunque debía funcionar como una pieza con funciones independientes y de acceso directo desde la calle también debía estar conectado internamente.
Una forma vertical se asentaría más cómodamente en un encuadre vertical que horizontal, sin embargo, existe una particularidad en este sentido: un conjunto de verticales adquirirá estructura horizontal al considerarse como grupo. Esta dicotomía entre la pre existencia horizontal y el crecimiento vertical buscaría su propio balance en la composición conjunta.
Si las horizontales expresaban estabilidad como base, las verticales transmitirán velocidad y una mayor sensación de movimiento, ya sea hacia arriba o hacia abajo. La verticalidad sería un argumento visual y de equilibrio espacial, pero al mismo tiempo, de canalización de luz. El nuevo horizonte seria vertical. Una serie de conos truncados coronan el edificio y tamizan la luz de forma uniforme hacia el interior.
La envolvente se materializa con paneles cementicios, Eternit, estriados, que se organizan de forma de orientar la fachada en un sentido compositivo vertical enmarcando los limites linderos y desde allí direccionándolos hacia el centro y hacia abajo donde se integran los diferentes ingresos. Así se refuerza la dicotomía de las dos orientaciones dominantes: la horizontal del contexto y la vertical del coronamiento y de la luz.
El espacio interior también se materializa como un monolito material, pero en este caso de madera. De esta manera la envolvente conforma una membrana cuya composición y masa se adecúa a las circunstancias climáticas [fachada ventilada] de una manera efectiva y ergonómica. Con esta estrategia de configuración, se develan un anverso y un reverso. El anverso se materializa con un carácter monolítico panelizado de color gris, de esta forma se crea un juego de dialectico de énfasis y disolución dependiendo de los efectos y el color de la luz natural en su relación con el entorno. En oposición, el reverso, un monolito de color ocre de madera, le otorga carácter y proporción al espacio interior, y al mismo tiempo, tamiza y controla el color de la luz natural generando atmósferas homogéneas y cálidas.
El proyecto se convierte así en una “membrana topológica multifacética” que es forma y luz, contexto y atmosfera espacial interior y exterior.