Una obra maestra equivale a la obra más notable en la carrera de un artista, evidenciando lo más importante de su técnica y sus ideales. La Mona Lisa de Leonardo da Vinci; la Piedad de Miguel Ángel; Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band de Los Beatles. Hay muchos ejemplos, aunque no siempre son unánimes. Sin embargo, ¿qué pasa si una obra maestra fue iniciada por otra persona, el autor no vivió para ver su finalización y casi toda su documentación fue destruida? El arquitecto catalán Antoni Gaudí y su célebre Templo Expiatorio de la Sagrada Familia son ejemplos de todo esto. Desde una construcción de piedra altamente trabajada hasta las más modernas técnicas de impresión 3D y hormigón de alta resistencia, el proyecto incorporó y sigue incorporando numerosas tecnologías durante su construcción.
En 1882, el arquitecto Francisco de Paula del Villar inició el proyecto de la Iglesia siguiendo las pautas de la época e incluyendo una serie de elementos neogóticos: cinco naves longitudinales, ventanas ojivales, contrafuertes y un campanario puntiagudo. Por diferencias con la Iglesia católica, Villar dimitió de la obra y Antoni Gaudi, arquitecto de 31 años, fue nombrado responsable en 1883, según muestra la cronología de la obra. Si bien se mantuvo la planta cruciforme del proyecto original, Gaudí introdujo numerosos cambios significativos en el edificio, como las columnas angulares y las bóvedas hiperboloides, eliminando la necesidad de contrafuertes. Al eliminar estas importantes piezas estructurales que podían resistir las fuerzas horizontales de un techo muy pesado, el arquitecto propuso las icónicas columnas ramificadas y anguladas.
Desde entonces, el proyecto se encuentra en construcción y se espera que esté terminado en 2026, año que marca el centenario de la muerte del arquitecto catalán. Pero es claro que una obra en progreso durante más de 130 años, con algunas paralizaciones, ha presenciado diversos cambios en sus métodos constructivos y en sus materiales. "El primer período de construcción, que tuvo a Gaudí como arquitecto responsable de las obras, va de 1883 a 1936. En esa época se utilizaban materiales tradicionales de la época, especialmente la mampostería de piedra con mortero de cal como aglutinante". [1] Entre 1914 y 1926 Gaudí vivió al interior de la iglesia, dedicándose exclusivamente a la obra y construcción de numerosas maquetas en yeso de pilares, naves, fachadas y otros elementos constructivos, con el objetivo de transmitir sus ideas a los trabajadores.
Algunos años antes, en 1901, la primera cementera de Cataluña fue fundada por Eusebi Güell, su amigo y mecena. Los investigadores [3] señalan que una de las razones por las que el hormigón armado tardó mucho en llegar a Cataluña se debió a las técnicas tradicionales catalanas optimizadas, como los arcos de mampostería (bóvedas catalanas) sostenidos por vigas metálicas, que presentaban un buena relación costo-beneficio para la construcción.
A partir de ese momento, Gaudí comenzó a experimentar con el material, utilizándolo en las construcciones del Parc Güell, la Casa Milà y la iglesia Colònia Güell. En la construcción de la Sagrada Familia se utilizó por primera vez hormigón armado en las torres de la fachada de la Natividad, construida entre 1915 y 1934.
Diez años después de la muerte de Gaudí, atropellado por un tranvía cerca de la obra, un incendio destruyó la mayoría de los planos y dibujos del proyecto. Afortunadamente, se salvaron algunos modelos, lo que permitió rehacer gran parte de la documentación del proyecto según las ideas del arquitecto.
La Segunda Guerra Mundial y la Guerra Civil española retrasaron la obra. Gran parte de las decisiones de acabado, algunas soluciones estructurales y resoluciones de detalles y encuentros entre materiales tuvieron que ser definidas por las generaciones posteriores de arquitectos e ingenieros que trabajaron en la obra, buscando acercarse lo más posible a las ideas de Gaudí.
"A partir de 1944 se retomaron las obras en las que el hormigón ya era uno de los materiales más importantes. Durante estos años se utilizó, sobre todo, hormigón ciclópeo en el relleno de los muros y hormigón armado en los elementos resistentes." [2] Desde los años 60, el hormigón armado comenzó a ser muy utilizado en la construcción, pero a partir de los 90 se inicia una nueva etapa en la construcción más famosa del mundo. En este momento el interés público por el proyecto aumentó enormemente, aumentando las visitas y los ingresos, e incorporando muchos avances en el proceso constructivo, entre ellos el uso de grúas y el inicio de experimentos digitales para crear geometrías complejas. "Dos eventos simbolizan los cambios que se han producido desde entonces: el aumento de los ingresos que nos ha permitido acelerar el ritmo de construcción y la introducción de nuevas tecnologías relacionadas con los materiales, el diseño y los procesos constructivos. El principal objetivo de los últimos años ha sido la construcción de las naves. Esto resultó en el levantamiento de los muros perimetrales (terminados en 1999), los pilares y bóvedas interiores, y las curvas del cuerpo principal, actualmente terminados y operando en el crucero y el ábside". [2]
Casi todos los elementos de la Iglesia se construyeron en hormigón, en su mayoría cubiertos de piedra natural. El hormigón se presenta en diversas formas: elementos prefabricados, hormigón armado, hormigón macizo y piezas con hormigones especiales de muy alta resistencia estructural, como las que se debían utilizar en las columnas del ábside y el crucero, donde se introdujo la mezcla con microsílice (en este caso blanco), alcanzando una resistencia de 80 MPa. En otras partes de la estructura, debido a la complicada geometría de Gaudí, todos los herrajes para resistir los esfuerzos de tracción y la imposibilidad de aumentar las secciones transversales, tuvieron que desarrollarse piezas de hormigón de gran fluidez y resistencia.
Además, en las últimas décadas, la Sagrada Familia ha adoptado una serie de tecnologías digitales contemporáneas. Los arquitectos y artesanos utilizan programas como Rhinoceros, Cadds5, Catia y CAM para entender las geometrías complejas y visualizar el edificio como un todo. El proceso utiliza impresoras 3D estereolitográficas que construyen los prototipos capa por capa, lo que da como resultado un material similar al yeso. Este método que permite a los constructores alterar manualmente los prototipos para satisfacer las demandas específicas del edificio.
La construcción de la Sagrada Familia ha tardado tanto que las tecnologías y los materiales de construcción han cambiado significativamente desde su diseño. Muchos investigadores se preguntan si realmente se pudo haber construido con los materiales existentes en el momento en el fue diseñada y siguiendo todas las formas imaginadas por el genio del modernismo catalán. ¿Habría sido un proyecto adaptado por Gaudí si hubiera vivido para resolver todos sus problemas de diseño? ¿O la genialidad, como señalan los investigadores mencionados en este artículo, está en desarrollar un proyecto que permite la incorporación de nuevas tecnologías y materiales a lo largo del tiempo?
Notas
- [1] Rosa Grima López. El Hormigón en el Templo de la Sagrada Familia. Disponible en este link
- [2] R. Espel, J. Gómez, R. Grima, A. Aguado. La evolución de la construcción del Templo de la Sagrada Familia. Informes de la Construcción 61(516). December 2009. Disponible en este link
- [3] Rosa Grima López, Antonio Aguado de Cea & Josep Gómez Serrano. Gaudí and Reinforced Concrete in Construction. Disponible en este link
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