Estamos en una era de innovación tecnológica sin precedentes. Las industrias de la arquitectura y la construcción se están volviendo cada vez más automatizadas, ya que las empresas buscan aprovechar al máximo la nueva maquinaria y las nuevas formas de trabajar para hacer que el proceso de diseño sea más eficiente. Sin embargo, con este aumento en la automatización, también surgen muchas preguntas. ¿Los robots reemplazarán alguna vez a los arquitectos? ¿Veremos en el futuro cercano una industria de la construcción totalmente automatizada? Otra pregunta pertinente es sobre el complicado caso de la automatización y la individualidad del diseño – ¿La automatización le quita la individualidad al diseño?
El debate sobre la expresión individual en el diseño arquitectónico ha sido un importante tema de conversación en los últimos años. Hace unos años, el arquitecto polaco-estadounidense Daniel Libeskind expresó su opinión sobre esto, diciendo que "la individualidad es una mala palabra en arquitectura". Es un sentimiento que hizo eco desde hace mucho tiempo, en el siglo XIX, por el escritor y crítico John Ruskin, quien escribió en su ensayo, "La naturaleza del gótico", cómo una fijación social en la precisión y la coherencia afectó negativamente las oportunidades de expresión creativa.
¿La automatización en el panorama arquitectónico actual obstaculiza esta expresión creativa? ¿Impide la creación futura de hitos arquitectónicos como el Fuji TV Building de Kenzō Tange o La Sagrada Familia de Gaudí? Tal vez no, ya que la automatización se puede utilizar como una herramienta para ayudar en la elaboración de intervenciones arquitectónicas distintas y creativas.
El trabajo de Gramazio Kohler Research es un testimonio de esto, como lo muestra su proyecto de albañilería aumentada. El diseño computacional se implementa junto con las habilidades de los artesanos humanos, lo que muestra cómo la fabricación digital se puede utilizar con éxito para crear un diseño único que aún es distinto. La fachada paramétrica, semitransparente, habría sido difícil de lograr utilizando técnicas de construcción tradicionales, pero la automatización en el proceso de diseño brindó nuevas oportunidades para crear un diseño único.
El Rock Print Pavilion de Gramazio Kohler Research también es otro ejemplo de cómo la automatización puede crear un diseño distinto. Construida por un robot móvil, la casa está hecha de agregados y cordeles; la automatización no frena de ninguna manera la individualidad de su diseño, sino que la mejora. Su diseño es un buen ejemplo de cómo se puede lograr una artesanía única incluso con el uso de tecnología automatizada.
El trabajo de Gramazio Kohler Research muestra que la automatización no impide necesariamente la individualidad del diseño. En cambio, es un activo que se puede utilizar junto con la artesanía humana. De hecho, puede ser un beneficio general, ya que los diseños y conceptos previamente limitados por la capacidad humana pueden realizarse con la ayuda de la automatización.
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