La participación de la construcción en la crisis climática de hoy es preocupante - entre la producción de los materiales, la ejecución y el funcionamiento de los edificios, el sector es uno de los mayores emisores de gases de efecto de invernadero. Al mismo tiempo, las poblaciones urbanas crecen a ritmos históricos y en la fabricación de grandes ciudades, importantes consumidoras de energía, pareciera que reducir el impacto de la disciplina viene de la mano de pequeños intereses e iniciativas personales y no de grandes acciones del ámbito universitario, profesional o político.
La historia nos ha demostrado muchas técnicas de construcción y usos de materiales locales que han logrado ser sostenibles en el tiempo. El uso eficiente de recursos que no necesitan ser transformados por grandes etapas de procesamiento industrial y que eliminan la necesidad de largos traslados. En algunos casos, al final de su vida útil, hasta pueden ser devueltos al medio ambiente como el adobe y la madera. En otros casos, hasta se pueden considerar los recuperados como los desechos y residuos reciclables generados en el propio lugar. Sin duda la tecnología y el conocimiento actual pueden ayudar a mejorarlos para que sean aplicables a gran escala en las grandes ciudades. ¿Es posible desarrollar proyectos de bajo impacto al medio ambiente y adecuarlos a los densos contextos urbanos? ¿Es este el camino futuro de los materiales de construcción?
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¿Es posible mezclar materiales locales e impresión 3D?
Desde una perspectiva crítica deberíamos discutir cuáles son las mejores opciones y en qué casos la arquitectura debe ser más bien local que global. Por estos motivos, a través de una convocatoria les preguntamos a ustedes, nuestros lectores, ¿Cuáles son los materiales locales de las megaciudades? Luego de leer y recopilar todos los comentarios recibidos tanto de profesionales de la construcción, como de estudiantes e interesados en la arquitectura, coincidimos en que uno de los puntos claves para concretar el uso de materiales locales es el respaldo legislativo, especialmente en el caso de los desechos y residuos locales que podrían dar forma a las próximas megaciudades.
A continuación, indagamos en los puntos de vista más recurrentes.
Punto de vista 1: Muchos materiales locales están "prohibidos" al no estar normados
Bajo la actual emergencia climática en la que nos enfrentamos, y en miras de construir ciudades resilientes, podríamos definir un material local aquél que se encuentra próximo a su destino final y que por sus características (composición, comportamiento químico-energético, perdurabilidad, reciclabilidad, etc) y proximidad, tiene asociada una nula o casi nula huella de carbono. Plantear el uso de este tipo de materiales en megaciudades hoy por hoy, ya dejó de ser una propuesta cuestionada. Contamos con los medios, la tecnología y suficiente literatura académica que sienta las bases para su implementación a grandes escalas. Desde mi experiencia, creo que uno de los puntos más relevante para concretar su uso, es el respaldo legislativo de los sistemas constructivos que utilizan materiales locales. Muchas veces, al no estar normados, su uso incluso está prohibido. No es posible plantear este tipo de ideas si no cuentas con un marco normativo que lo apoye. - Patricia, una arquitectura desde Chile
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Importantes urbes a nivel mundial ha sido construidas e su origen con sistemas constructivos tradicionales, los que muchas veces, involucran materiales naturales. En Chile, importantes ciudades como Santiago, Valparaíso, La Serena, Iquique, Arica, fueron construidas hasta principios del siglo XX con técnicas que involucran la tierra y la madera. Las técnicas tradicionales, no tan solo respondían a la construcción con los materiales disponibles, sino que además daba repuesta a condiciones climáticas y ambientales, como la regulación térmica y de humedad. Grande extensiones del territorio de la capital como los barrios de Santiago poniente o Santiago sur son aún expresión de estas técnicas tradicionales, además de edificaciones emblemáticas como la iglesia y convento San Francisco en la Alameda, con más de 400 años de terremotos. La tierra, como material, presenta una importante gama de soluciones que aportan enormes beneficios a los habitantes, así como para el planeta. La aplicación de técnicas mixtas, como el caso de Valparaíso con el adobillo, presenta importantes posibilidades tecnológicas para la construcción en altura y en terrenos de difícil acceso. - Nos cuenta Amanda Rivera, una arquitecta de Chile.
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Punto de vista 2: Los residuos serán los materiales locales en las ciudades del futuro
En mi pequeña ciudad hay forestaciones cercanas que proveen madera, pero por la velocidad de crecimiento patagónica, les cuesta competir con la lejana Misiones ó la industria de placas chilena y brasilera. En las megaciudades existen aún mayores residuos industriales, que podrían reutilizarse. - Señala Miguel, un arquitecto en Argentina.
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En mi opinión el uso de materiales locales es una acción necesaria pero insuficiente. Además, deberían ser materiales de bajo impacto ambiental. Y, sobre todo, apostar por la re-utilización, tanto de materiales, como de edificios existentes. - Comenta Jaime Corral, un profesional de la arquitectura desde España.
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