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Arquitectos: TRAZIA.ARQUITECTURA
- Área: 263 m²
- Año: 2020
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Fotografías:Milena Villalba
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Proveedores: Arrital
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El proyecto surge a partir de una premisa clave por parte de los clientes, una familia joven con hijos. Lo tenían claro, buscaban una vivienda funcional que se desarrollara en una sola planta. A partir de ahí, en una parcela llana sin grandes condicionantes, se busca la sencillez y la precisión de los paneles prefabricados de hormigón para configurar una vivienda de líneas puras y color blanco.
Se juega con la luz como un elemento compositivo más, y un juego de láminas de agua, no sólo compone el exterior, sino que nos servimos de ellas para sectorizar el mismo, según el nivel de privacidad que se desea. Así se crean una serie de plataformas exteriores semiprivadas, que se abrirán a cada uno de los dormitorios buscando que el espacio de cada usuario se abra al exterior como una extensión del propio dormitorio.
Un bocado muerde la planta, a modo de patio abierto, creando una terraza para el dormitorio principal, que se abre a una lámina de agua, la cual no sólo refresca el ambiente y permite su disfrute, sino que cierra dicho patio para el uso exclusivo del dormitorio principal.
Se busca difuminar los límites entre interior y exterior, si bien, ello no supone una renuncia a la intimidad de los espacios. Para ello, se convierte en fundamental, estudiar la orientación de cada uno de los espacios y así evitar soleamiento excesivo o espacios fríos que no invitan a relajarse. Fundamentalmente en el salón, donde el muro desaparece totalmente para dejar paso al vidrio, sólo jugando con la orientación puede permitirse la licencia de no plantear voladizo alguno, de manera que el propio salón se convierte en porche según la estación del año y el grado de apertura de los ventanales.
Si bien la intimidad es fundamental en un hogar familiar, también lo es la fluidez de los espacios más públicos, en los cuales, nada define una estancia de otra de manera precisa, y se utilizan recursos tales como el las lamas para dotar de cierta independencia a la zona de juegos, sin que por ello se cierre visualmente al resto del espacio.
Aunque toda la vivienda se desarrolla en planta baja, se aporta un espacio polivalente extra en sótano, al cual se abre un patio inglés donde uno de sus muros se comporta como una cascada que refresca el ambiente, y que no viene de otro lugar que de la lámina de agua superior, a modo de infinity pool.
Respecto a la materialidad, no hay excesos y la clave es la continuidad. Se busca un orden doméstico que acompañe a la funcionalidad más estricta. Vivienda mediterránea de líneas minimalistas, donde la luz, el agua y espacio exterior cobran principal protagonismo.