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Arquitectos: Al Borde
- Año: 2021
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Fotografías:JAG Studio, María Verónica Paszkiewicz
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La primera intervención del plan maestro del Bosque Protector Cerro Blanco confronta a sus usuarios con la magnitud del bosque. Está pensado para que la experiencia de ser la primera persona en el frente, pueda ser colectiva. La circulación central termina en un remate desde el cual un guía o un profesor pueden dar indicaciones a un grupo distribuido en las dos alas laterales. De esta manera el mirador fácilmente se transforma en un aula para la conveniencia de los grupos escolares, los cuales representan el mayor público que visita el parque.
Al ser el primer proyecto del plan, el mirador actuó como un prototipo que nos permitió entender los alcances de la tecnología. Se utilizan piezas de madera comunes y se las ensambla de manera sencilla para hacer algo que no es común, ni sencillo; la arquitectura prescinde de acabados y su forma más primitiva es suficiente para envolvernos. El mirador ni siquiera está pintado, su oscuridad se debe a un método de preservación de la madera en que se quema la capa superficial; esta se mineraliza y la protege de pestes que la pudieran atacar.
La estructura de madera que permite contemplar el paisaje, está protegida por un textil impregnado de mortero cementicio sostenido por una estructura tensada. El Centro de Innovación de Holcim, conocedor de las múltiples bondades de una cubierta cementicia, investigó y desarrolló una cubierta de geometría adaptativa híbrida, empleando un mortero de alta resistencia proyectado sobre un textil.
Basados en investigación bibliográfica, el uso de un encofrado textil flexible data de los años posteriores a la Primera Guerra Mundial, en donde hizo su primera aparición con la utilización de tejidos orgánicos para aplicaciones de ingeniería marina y geotecnia. Con este punto de partida se realizaron múltiples pruebas en nuestro laboratorio evaluando textiles de distintos materiales, rigideces, elongación para comprobar la compatibilidad y adherencia con el mortero cementicio, el textil haría la función de un “encofrado” aerosuspendido, el mortero fue técnicamente diseñado para obtener altas resistencias iniciales, fluidez necesaria para la proyección y la consistencia necesaria para adherirse y adicionalmente proveer baja permeabilidad en estado endurecido protegiendo al textil del intemperismo y degradación a rayos UV.
Varios prototipos fueron ejecutados en campo y laboratorio hasta establecer la metodología de proyección, inclinaciones máximas permitidas del textil, y secuencia de colocación por capas, previo a la colocación definitiva sobre el Mirador.
Esta cubierta ofrece una gran ventaja frente a las tradicionales ya que no sólo protege la durabilidad del mirador, sino que adicionalmente mediante un análisis de ciclo de vida se pudo determinar una reducción del 68% de huella de carbono embebida en sus materiales con respecto a una cubierta de tejas de concreto por metro cuadrado.