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Arquitectos: Marta Maccaglia, Semillas
- Área: 397 m²
- Año: 2021
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Fotografías:Eleazar Cuadros, Diego Breit
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Proveedores: Aceros Arequipa, AutoDesk, Cemento INKA, Glaze, IKO, NEMATSA
Antecedentes. El proyecto de la escuela inicial de Alto Anapati, está ubicado en una comunidad nativa Nomatsigenga en la selva central de Perú. La escuela fundada en el 2008, se encontraba en condiciones de precariedad y riesgo de inundación. En el 2021, gracias a la financiación del gobierno local y de la cooperación internacional se hace realidad el proyecto, generando acceso a la educación para más de 50 niños y niñas, además de brindar un espacio comunitario para 86 familias.
Proceso y diseño. La propuesta arquitectónica se genera desde un enfoque etnográfico y a través de talleres participativo: En una primera etapa se han desarrollado “talleres de observación” para conocer las dinámicas de enseñanza en esta comunidad, resultando en la importancia de los espacios de aprendizaje al aire libre y en las costumbres locales como parte de la forma de habitar el espacio. En una segunda etapa se han desarrollado mesas de trabajo con los padres y madres de familia reflexionando sobre el buen vivir de los pueblos originarios, teniendo como resultado la reflexión que la escuela es el corazón de la comunidad, el alma de preservación de los saberes y del territorio Nomatsigenga. Gracias a estos talleres se ha construido, juntos con la comunidad, el rol y el valor simbólico de la escuela.
En la propuesta de diseño se ha buscado hacer visible estos aprendizajes en su espacialidad: El edificio se emplaza en la zona de acceso de la comunidad distribuyéndose en dos bloques. Por el lado sur-oeste se ubica el bloque de acceso con la sala de usos múltiples, administrativo, cocina y servicios higiénicos. La sala de usos múltiples es un aula sin muros, que se conecta al “aula bosque” – un espacio pensado como un aula al aire libre. Por el lado este, se emplaza, el bloque de las aulas, las cuales a través de amplias mamparas corredizas se abren a unas áreas exteriores, que forman parte del espacio de aprendizaje. Todos los cerramientos, están pensados como limites que se disuelven y conectan el interior con el exterior. La escuela entonces no se limita a observar al paisaje sino hace parte de él mismo.
La mayoría de materiales empleados en el proyecto son de proveniencia local, como la madera, ladrillo de arcilla, piedras de río - manteniendo así viva la producción local y artesanal. La estructura se inserta en el contexto a través de una arquitectura con bajo impacto ambiental y en línea con la sostenibilidad y posibilidades de mantenimiento por parte de la comunidad.
Reflexiones. Finalmente, una de las principales reflexiones a partir de este proyecto, fue sobre el rol que juega una infraestructura pública en una comunidad rural en la selva, o sea que es de entenderse como un espacio no solamente en su construcción física, sino también en su construcción simbólica, de pertenencia, identidad y de lucha por el derecho a otras formas de existencia.