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Arquitectos: Architectural Studio Ivana Lukovic
- Área: 141 m²
- Año: 2019
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Fotografías:Athina Souli
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Proveedores: ALMEL, ARONHS DIMITRIOS, Adobe, AutoDesk, BRIGHT AE, Chaos Group, ELER AE, GALIS AE, JAKI- DECOR KATSHS ATHANASIOS, LIGHT PLUS, VLAHOS THEODOROS
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Un terreno situado en un pueblo remoto y ordinario de Kalamia, rodeada de olivares y con una vista despejada al Golfo de Corinto, es un escenario para retirarse de la exigente vida urbana, cuyos ocupantes son una joven pareja amante de la naturaleza con sus tres hijos. La morfología del lugar, la pendiente con un desnivel de 6m de arriba hacia abajo, llevó a la decisión de crear la casa con una apariencia humilde, de piedra, como un establo desde el lado de la calle que discretamente encaja en el barrio, mientras se convierte en la prominente construcción de dos niveles desde el jardín.
Se realizó una exhaustiva investigación contextual y de materialidad sobre cómo incorporar la vivienda de manera contemporánea al entorno. Un punto de partida creativo fue la sensación industrial de un establo de piedra tradicional, característico de las zonas rurales del Peloponeso, con su apariencia de techo bajo, largo y de cobertizo de tejas.
Al nivel de acceso se llega por una rampa, que representa el espacio común de la vivienda. Se relaciona a través de las grandes aberturas con la plataforma de observación al aire libre, adecuada para observar las estrellas y experimentar la vista lejana del mar. Se crearon aberturas adicionales en el techo, en los lados suroeste y noreste para mejorar la iluminación y la ventilación natural. La comunicación con el jardín se establece mediante una escalera de hormigón en voladizo. En el nivel inferior, las perforaciones de losa en el corredor interior crean una atmósfera de área privada similar a una cueva. Los dormitorios y la suite de invitados, junto con los baños, sugieren la sensación monástica del espacio, gracias al mobiliario básico hecho a medida. El acceso directo al jardín desde estos ambientes se configura a partir de dos patios que juegan el papel de espacios de contemplación.
Los beneficios ambientales y económicos locales se lograron encontrando artesanos y materiales naturales dentro de un radio de 160 km (100 millas) del sitio de construcción. La piedra recuperada, aplicada a las fachadas y al nivel de entrada del espacio interior, se obtuvo del almacén cercano y se complementó con piedra nueva de una cantera local. Las persianas de madera se hicieron a mano con madera reciclada y un marco de metal negro. Se creó un mortero de cemento de dos tonos para cubrir las superficies del suelo, junto con muebles de madera contrachapada hechos a medida. Para el resto de la carpintería empotrada se utilizó OSB blanco tratado con aceite. Todos los elementos se hacen eco del pasado, a la vez que aportan riqueza a la materialidad.
Es importante destacar que la totalidad de los 141m2 habitables, hechos a medida, fueron construidos con los medios restringidos, sin comprometer la propuesta arquitectónica inicial. Desarrollada según las normas sostenibles contemporáneas y situada en un entorno saludable, esta casa ha desempeñado un papel importante en la situación de pandemia del año 2020, proporcionando a sus habitantes tanto seguridad como comodidad.