Barcelona es una ciudad que ha sido estudiada innumerables veces. Por las manzanas del Plan Cerdá y por las esquinas en chaflán, por su centro histórico y por las guerras que allí se suscitaron, por la arquitectura de los modernistas y sus edificios monumentales. Sin embargo, no tenemos mucho conocimiento de que alguna vez haya sido estudiada profundamente a partir de un material tradicional de revestimiento y soporte artístico, como lo es el esgrafiado.
A través de la historia ha habido una gran controversia al denominar artes menores a todas aquellas que en vez de ser bellas como las artes mayores, son únicamente útiles. Casi todas ellas cumplen un uso específico. Pertenecen a este grupo la cerámica, la orfebrería, la tapicería, etc. En este orden de ideas, los esgrafiados entran a ser parte de los revestimientos murales y por ende de las artes menores. Muchas veces se ha dicho que es un elemento que enmascara, una especie de antifaz para los muros, que no deja ver su materialidad original, que no deja ver el esplendor del arte mayor. Clasificar los esgrafiados como arte menor ha llevado a que en muchas ocasiones no se haya tenido la rigurosidad de documentar sobre el vestido que llevaba la arquitectura en tiempos pasados. En este caso, más específicamente, durante los siglos XVII, XVIII y XIX, en Cataluña.
“Esta tesina pone en valor la importancia de los oficios artísticos para la arquitectura, la ciudad y los ciudadanos. Técnicas como la de los esgrafiados no deberían quedar en el olvido. Por el contrario, el trabajo manual debería ser cada vez más valorado. Los esgrafiados en este trabajo pasan a ser considerados un arte mayor, entendiendo el ornamento como elemento que aporta considerablemente a la ubicación, composición y concepción de la arquitectura en un momento y un espacio”.- Manuela Muñoz Restrepo
La fragilidad del material ha causado una gran pérdida del patrimonio de los esgrafiados, a través de la historia ha habido un mayor interés por las obras presentes en Segovia y Cataluña, sin embargo, a falta tal vez de la atención de eruditos y estudiosos, no se ha profundizado en el área de Andalucía o Extremadura donde hay trabajos históricos desde la Alta Edad Media hasta la actualidad. Por cuestiones de ubicación, este estudio se centra en los casos ubicados en la ciudad de Barcelona, pero no se descarta su utilidad como modelo de investigación para el estudio de zonas como las de Andalucía y Extremadura.
A través del ejercicio de observar, catalogar y mapear la piel de una serie de edificios de Barcelona, se generan una sucesión de realidades que enaltecen la importancia de este revestimiento mural para la ciudad. Son alrededor de 600 edificios que nos permiten abordar la historia del desarrollo de Barcelona desde esta perspectiva. Este trabajo ha sido desarrollado a partir del análisis de los grupos escolares del Ayuntamiento de Barcelona del siglo XX, en su mayoría proyectados por el arquitecto Josep Goday i Casals. Los grupos escolares fueron los edificios que, se encargaron de reunir una serie de ideales culturales, sociales y artísticos, basados en la renovación pedagógica que, arquitectónicamente, dirigió Goday.
Estas escuelas tenían muy claro su papel de formar parte de la renovación pedagógica de Barcelona y, a la vez, su papel de hacer ciudad, considerando la ciudad como el escenario de la democratización de la cultura. Todos estos ideales se reflejaban en las fachadas, lienzos de los edificios, que permitían la expresión de la propuesta artística del noucentisme. No es casual que los esgrafiados fueran elegidos como la piel de estos edificios. Necesitaban generar un cambio contundente en la ciudad a través de esta renovación pedagógica. Las escuelas fueron así consideradas como las piedras fundacionales de la nueva ideología de la ciudad, vista como proyecto cívico y desde una estrategia urbana.
“A modo de preguntas retóricas, sería interesante plantearnos qué pasaría estos conjuntos educativos y con su relación urbana si entre edificio y revestimiento mural existiera algún tipo de disociación, qué lectura haríamos del edificio si este no tuviera sus esgrafiados y viceversa”.- Manuela Muñoz Restrepo
Manuela Muñoz Restrepo es magister por la ETSAB de la Universidad Politécnica de Catalunya y ha desarrollado este trabajo de investigación como TFM de su doble titulación en restauración y rehabilitación arquitectónica y en proyecto, proceso y programación. Puedes conocer el trabajo completo aquí.