Fernando Abellanas ya nos había enseñado cómo refugiarse de la ciudad en la propia ciudad, con una instalación que invitaba a ampararse en los intersticios de un puente existente. En esta nueva ocasión, nos presenta Macroparásito Urbano. Una estructura habitable y conectiva realizada durante el Festival Urbano UIT en Tartu, Estonia.
Se trata de una instalación móvil que adquiere la capacidad de adaptación con el fin de alcanzar el parasitismo estructural y nos hace pensar sobre como ocupar los lugares inertes y ocultos que forman parte de las ciudades.
Fernando Abellanas nos escribe:
Los parásitos representan una historia de vida fascinante. Partiendo de su tremenda variabilidad, localización y tamaño, que abarca desde organismos microscópicos hasta macroscópicos; hasta la posibilidad de desarrollo en órganos diversos, las múltiples formas de reproducción y las variadas migraciones intra y extraorgánicas a las que se ven sometidos con el único fin de perpetuar la especie (Poulin 1966).
Este entramado de relaciones estructurales experimentan cambios a lo largo del tiempo, suponiendo un desarrollo especializado por parte del parásito para adaptar su peculiar modo de vida, provocando que cuanto más íntima sea la unión entre el parásito y su hospedador, más profundas sean las adaptaciones que el parásito experimente en su nuevo hábitat.
Mobile Macroparasite es un artefacto en fase protoparasitaria, cuyo objetivo es ser capaz de atravesar los mecanismos defensivos del futuro hospedador. Un vínculo en donde los dos organismos involucrados establecen una relación de coexistencia, llevándolos a una situación de dependa nutricional y existencial que a su vez completa los vacíos habitables
del entorno.
De manera análoga a este proceso de crecimiento endógeno en el que la estructura protoparasitaria debe adquirir la capacidad de adaptación con el fin de alcanzar el parasitismo estructural, las ciudades ofrecen espacios a priori invisibles donde poder albergar estas estructuras habitables, recursivas y conectivas, permitiendo así recuperar infinitos lugares inertes, bloques verticales desahuciados y anomalías urbanísticas ocultas que forman parte de las ciudades.
El punto de enlace entre el protoparasitismo y el parasitismo, se traduce en una perfecta maniobra de coordinación de esta simbiosis a favor del tedio ciudadano, satisfaciendo de este modo la necesidad humana de pertenencia a sociedades comunitarias y ofreciendo al mismo tiempo el dinamismo y la movilidad ausentes en la ciudad inerte.
Mobile Macroparasite aborda una metodología experimental con el fin de replantear las concepciones arquitectónicas existentes como meras herramientas de explotación de capital, ampliando y expandiendo el concepto y función originales para lo cual fueron concebidas originalmente.