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Arquitectos: Bernardo Bustamante Arquitectos
- Año: 2021
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Fotografías:JAG Studio
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Proveedores: Bath&Home Center, Gastón Caro-Estructuras metálicas, Graiman, Madevi
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El encargo es de parte de tres amigos estadounidenses, que vivieron sus infancias en Ecuador, y buscaban tener un lugar donde poder reunirse y reconectarse con el País.
Se ubica en la comunidad de Pijal, compuesta principalmente por población Indígena Otavaleña, en las laderas que abastecen al Lago San Pablo, el Lago mas importante del Ecuador. Del sitio, se divisan claramente los Andes norecuatorianos; con el Cerro Cusín al frente, el imponente Volcán Imbabura, y el Volcán Cotacachi un poco mas al norte.
La topografía del terreno desciende contrariamente hacia el Lago, por lo que se decidió incrustar la pieza arquitectónica, así mismo, contraria a la pendiente, y así, obtener las visuales del Lago y el extenso paisaje del norte de Ecuador. Esta operación, obliga a que la mitad de la barra se entierre en el terreno, y la otra mitad vuele perpendicularmente a las curvas de nivel generando un voladizo épico de 12m de largo.
El gran voladizo condicionó a la resolución del proyecto en base al sistema estructural. La estructura consta de dos grandes partes, una de hormigón muy pesada, anclada a la tierra, de donde se sujeta una viga habitable de acero en voladizo.
Esta barra contiene el programa resuelto; con el acceso bajo el voladizo y una circulación vertical que conecta la planta baja con la planta alta en el centro de la planta, lo que resuelve la zonificación pública y privada del proyecto.
La zona privada tiene tres dormitorios de igual tamaño con dos baños completos en los extremos. Las habitaciones son de todos, por lo que se ha generado una gran armario dividido en tres partes para cada uno de los propietarios tenga el suyo y pueda utilizar la habitación que este libre.
Todos los espacios de estar, se orientan hacia el Lago San Pablo, los dormitorios acceden directamente a través de puertas ventanas al jardín que queda en la parte superior del terreno y la zona común, ya elevada del terreno, es acristalado en sus tres frentes obteniendo una integración total de este paisaje andino.
La esencia constructiva de la obra negra, se manifiesta en los terminados, los robustos muros de hormigón fueron cuidadosamente encofrados con tableros de madera contrachapada y aparecen sutilmente en varios de los espacios de la casa, de la misma manera, los elementos metálicos como vigas, columnas y diagonales, forman parte de las carpinterías, permitiendo ligereza y transparencias para incorporar el paisaje al interior. Los suelos son del hormigón de las losas pulido y sellado, duelas de pino se utilizan en puertas, mobiliario y en tumbado falso de las áreas sociales, que le da calidez al concreto visto.
Implantar esta súper estructura en el paisaje rural de Los Andes ecuatorianos, supuso una proeza constructiva, donde nos enfrentamos a retos muy complejos, como el difícil acceso por las trochas enfangadas por la larga temporada lluviosa, La socialización de una estructura tan radical con la comunidad, el acceso a servicios básicos o la provisión de materiales.
La espectacularidad del proyecto es innegable, una obra de rigurosa construcción que destaca desafiante en la ladera para ser vista y admirada cual escultura habitable, y admirar desde su interior, ese paisaje idílico de agua y montaña.