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Arquitectos: LAGAR Arquitectos
- Área: 2922 m²
- Año: 2020
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Fotografías:Nico Saieh, Andrés Laborde
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Proveedores: Comercial Arratia, Forbo, Maderas Laminadas, Rothoblass
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El colegio Puerto Varas fue emplazado el año 1996 a las afueras de la ciudad del mismo nombre, en una parcela elevada, con lomajes y vistas amplias a los campos, en el horizonte la cordillera de Los Andes y abajo la ciudad de Puerto Varas. Con el correr de los años quedó rodeado con los nuevos proyectos inmobiliarios de vivienda y equipamiento. Sin embargo, conserva en su sello formativo, la experiencia de habitar inmerso en su macro contexto, consciente de la comunidad, el clima y la naturaleza que lo rodea.
El proyecto está atravesado por el concepto “todos los espacios educan”, desde el corazón de las salas de clase, los patios, los baños y naturalmente los jardines y zonas de juego; en cada lugar tenemos la oportunidad de educar y aprender algo nuevo. El edificio debía abarcar a todo el ciclo preescolar del Colegio, se escogió entonces el sector oriente del terreno, donde había un grupo de eucaliptus y árboles introducidos que son cambiados por especies nativas. Dado el tamaño y la diferencia de nivel, fue necesario “plegar” el edificio, alternando patios contenidos y abiertos, además de conservar el grano de las edificaciones existentes.
El programa se ordena en torno a dos grandes patios cubiertos que dan cuenta del cerro en el que se emplazan, las salas de clase, todas similares pero distintas, rodean estos patios por el oriente, aprovechando el sol de la mañana y las vistas a un paisaje natural. Esta es la etapa de descubrir, los patios zigzagean generando rincones de grupos chicos conectados a los grandes espacios, las escaleras se transforman en bancas y las rampas de accesibilidad universal en zonas de juego. Así desde el acceso al edificio al último patio, se descienden más de 4 metros donde los niños recorren y descubren todos los días. Por el contrario, el cielo del edificio es un gran manto continuo y horizontal, que contrasta con el suelo acentuando esta diferencia de altura. Las salas de clase de 2.7m2 por niño, están forradas en su interior, en paneles de terciado ranurado para absorber el ruido y soportar el trajín de todas las actividades de los niños.
Se combinaron dos sistemas de iluminación para generar distintas atmósferas según el trabajo que se lleve a cabo. Al mismo tiempo, todas las salas tienen una extensión al jardín exterior, junto a esta puerta se guardan las botas y capas para trabajar al aire libre durante todo el año. Las salas de clase comparten un baño para las emergencias y en los patios los lavamanos rodean una jardinera para hacer conciencia del ciclo y el cuidado del agua. La misma idea se repite en el exterior, en el sector del acceso se recogen las aguas lluvias de los techos y bajan a una pileta donde parte un reguato que recorrerá todos los jardines del colegio hasta llenar una gran laguna.
El mobiliario en las salas de clase también fue pensado para generar autonomía desde el guardado de los materiales al lavado de elementos y reciclaje. Todos construidos en pino laminado para mantener una paleta muy acotada de materiales y colores. Respecto a los materiales, los radiares y muros son de hormigón armado, la cubierta cuenta con una estructura de madera laminada y paneles Isopol aislados. Los mismos que recubren el perímetro del edificio. El piso es una carpeta vinílica acústica de Forbo, Sarlon Resin color Kiwi y el cielo se compone de una plancha de yeso cartón RF, espuma fonoabsorbente y empalillado de pino de 2x1”. El trabajo de paisajismo exterior trabajó con los troncos de los eucaliptus para armar circuitos de juegos, cajones de jardineras y huertas por el oriente, por el poniente se “corrugó” el suelo generando nuevas lomas para el juego espontaneo y colaborativo de los niños.
En resumen, es un edificio que explora la diversidad espacial como resultado de la topografía y el programa, sin manual del usuario para que los niños inventen un modo impensado de habitar y jugar. Además, cuenta con un taller de nutrición y otro de oficios que son para el uso de todos los alumnos del colegio, así como sus salas y espacios abiertos, también están pensados para el uso vespertino, acogiendo charlas y talleres que imparte el colegio a toda la comunidad, aportando así, un espacio de crecimiento y desarrollo no solo para sus alumnos, si no para todos aquellos que conviven con la comunidad del colegio.
