Por las más variadas razones, los arquitectos se ven alejados del ejercicio profesional. A veces, sin embargo, continúan diseñando edificios en otros medios y soportes. inicius Libardoni es un arquitecto y artista ítalo-brasileño que migró del Autocad al grabado en metal, pasando por la xilografía, y desde entonces construye arquitecturas imaginarias.
"Expired Futures" es una serie de seis grabados en metal, resultado de su tesis de maestría en la Academia de Arte y Diseño Eugeniusz Geppert en Wrocław, Polonia. Explorando imprecisiones temporales, las obras son retratos de un pasado en el presente sin posibilidad de futuro. Los edificios representados en la serie de grabados son ruinas en construcción, arquitecturas que evocan una fuerte sensación de nostalgia, una nostalgia colectiva común en los países de Europa del Este.
"The End of the Line" representa la estación de tren de Nadodrze, construida en 1868 y diseñada por el arquitecto alemán Hermann Grapow; "Four Walls" presenta un edificio residencial del siglo XIX ubicado en la isla de Malte; "Derelict" nos muestra el molino Sułkowice construido en 1890; "Dissolve Boundaries" es una representación del auditorio del Departamento de Química diseñado por Krystyna Barska y Marian Barski en 1964; "Out of Context" muestra el edificio Solpol de 1993, una joya del posmodernismo polaco; y "Deadly Repetition" representa el paisaje monótono y repetitivo de los bloques de viviendas de la era comunista, sin referencia a ningún edificio en particular.
El hilo que alineaba estas arquitecturas está guiado por el andar del artista en este territorio que le es ajeno, y que poco a poco acaba convirtiéndose en su hogar. Esta sugerente colección privada de arquitectura de Wrocław, inventariada por el artista a partir de la práctica de la deriva situacionista, es un corte privado hecho público a través de la reinterpretación y representación a través del grabado en metal.
Las impresiones despiertan un cierto extrañamiento. Sólidas ruinas de ladrillo y hormigón soportadas por estructuras independientes que se esfuerzan por mantenerlas erguidas, perennes en el tiempo, refutando a toda costa la idea de que el futuro les es inalcanzable. El artista-arquitecto diseña elementos de soporte con la esperanza de mantener en pie sus edificios que contienen memoria. Pero las diseña sin mucha convicción: el material utilizado es la madera, visualmente más ligera y frágil que el hormigón y la mampostería; las piezas portantes tienen secciones claramente insuficientes para soportar todo el peso de esas arquitecturas sentimentales durante mucho tiempo.
A la atmósfera austera y serena de los grabados se le suma una capa de fantasía e irracionalidad. Este sentimiento se ve corroborado por la decisión del artista de suprimir deliberadamente el cielo, el horizonte y, sobre todo, la tierra. Los seis grabados más grandes muestran arquitecturas que están total o parcialmente suspendidas, sin piso, separadas de un suelo sólido. Hay aquí una inversión fundamental de la tectónica telúrica practicada desde la antigüedad, en la que la arquitectura descansa literalmente sobre la tierra; en estas estampas se colocan inmensos edificios en un estado de suspensión material que de alguna manera hace eco de la suspensión del tiempo evocada por su presencia en la ciudad actual.
Geografías sentimentales, los objetos de interés del artista pueden entenderse como arrugas en el espacio-tiempo. todos los lugares". Como la geografía del cuerpo, con sus pliegues, grietas y asperezas, las arrugas del territorio urbano son registros del paso del tiempo en ese lugar, cicatrices que atestiguan presencias ausentes: el pasado mismo en el presente.
Los futuros caducados son los futuros que podrían haber sido pero nunca serán, las posibilidades nunca vividas, o incluso una profecía del futuro que nunca puede existir.
Descubre el trabajo de Vinicius Libardoni en su cuenta de Instagram y sitio web.
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