Cuando caminas por la ciudad, ¿tienes miedo de ser tú mismo? Por extraña que pueda sonar la pregunta para algunos, es una realidad para la mayoría de las personas LGBTQIA+, quienes en algún momento han sido víctimas de hostilidad cuando se notan actuando fuera del estándar heteronormativo en el espacio público. Si la violencia proviene de estratos sociales que van más allá del espacio diseñado, esto no exime de la importancia de pensar en proyectos que puedan extrapolar el ámbito físico e insertar un factor simbólico y representativo elemental para incluir y educar a sus ciudadanos. Este es el caso del Homomonumento, que desde hace más de tres décadas se ha convertido en una plataforma de celebración y manifestación queer en el corazón de Ámsterdam.
Diseñado por Karin Daan, el proyecto ganó un concurso realizado por el ayuntamiento en 1980, después de que la comunidad LGBTQIA+ encabezara un movimiento en la ciudad por la necesidad de un espacio como este y se completó en 1987. El monumento fue construido en honor a gays y lesbianas quienes fueron perseguidos por sus prácticas sexuales durante la ocupación nazi en Holanda, convirtiéndose en el primero en el mundo en pronunciarse frente a tal acontecimiento.
Homomumento es una articulación entre arquitectura, memoria y patrimonio, diseñado a partir de un triángulo compuesto por tres triángulos más pequeños de granito rosa que se conectan para narrar una historia y tejer los diálogos necesarios que atraviesan el tiempo y el espacio, proponiendo diferentes posibilidades de uso y ocupación desde el diseño de elementos urbanos junto con rótulos de la comunidad LGBTQIA+. Así, manifiesta un lugar simbólico en la ciudad que sirve como punto especial para el Desfile del Orgullo Gay de Ámsterdam, pero también como escenario urbano donde es posible celebrar, honrar y manifestar causas de toda la comunidad.
La construcción simbólica de este espacio juega un papel fundamental para marcar su relevancia. Los triángulos del monumento están inspirados en los triángulos de tela rosa que usaban los nazis para marcar públicamente a las personas homosexuales, este símbolo fue recuperado y resignificado por la comunidad queer internacional como una forma de resistencia y orgullo para actuar libremente según su deseo. Al integrar esta imagen en el diseño del espacio, Daan transpuso la representación al entorno construido, planteando pautas políticas y sociales que atraviesan la comunidad LGBTQIA+. A través de esta acción, el lugar también pasó a estimular y producir autoestima y reconocimiento para esas personas que difícilmente encuentran espacios diseñados para ellos, un espacio en el que puedan sentirse a gusto, que se encuentra en una región central y demuestra toda la articulación con otras personas importantes, puntos de la ciudad y de la historia, dando visibilidad a temas relacionados con lo queer que estaban velados en el espacio público.
Para mí, lo mejor es que el monumento se integra con el lugar como un bordado. Desde arriba, se ve claramente cómo el triángulo se entrelaza con el espacio urbano y social, de modo que, por ejemplo, cuando los taxistas están en el en medio del monumento, apenas lo notan, creo que este es el componente más hermoso del Homomonumento: estamos allí, orgullosos y fuertes como el granito, un monumento que nos une aquí y ahora, pero estamos igualmente entrelazados con la ciudad y sociedad en un mayor tiempo y espacio.
- Karin Daan¹
Para entender cómo se integra el monumento en el tejido urbano, Jeroen van Dijk explica que "cada triángulo simboliza un aspecto diferente de la memoria queer: el triángulo que se extiende sobre uno de los canales de la ciudad simboliza el presente, apunta al Monumento Nacional en Dam Square, y funciona como un lugar de recuerdo del presente, activando así el pasado para estimular el cambio social; el triángulo a pie de calle simboliza la opresión y la violencia homofóbica enfrentada en el pasado, apunta a la Casa de Ana Frank en Prinsengracht y contiene versos del poeta judío gay Jacob Israël de Haan: "Naar vriendschap zulk een mateloos verlangen" ("Un deseo tan infinito de amistad", traducción libre); el triángulo que se eleva desde el nivel de la calle simboliza el futuro y sirve como punto de encuentro lugar para que la gente se reúna, que puede usarse como un podio para hablar en público o como un espacio social, señala la antigua oficina de la organización holandesa de interés LGBTQIA+, el Cultuur en Ontpanningcentrum (Centro de Cultura y Ocio), cuyo nombre funcionó para ocultar su verdadero propósito.”²
Por tratarse de un monumento horizontal, que contrasta con la lectura fálica y vertical que normalmente impone y puntúa una verdad en el contexto insertado, el espacio se vuelve más atractivo para recibir acciones que inflan el potencial simbólico del Homomonumento, estableciendo un hito en la ciudad. que sirva de referencia para toda la población.
A diferencia de otros memoriales de Ámsterdam, el monumento es activado con frecuencia, principalmente por la comunidad queer, ya sea en manifestaciones, como espacio de reunión o recibiendo flores de sus ciudadanos. En 2017 recibió la “monumentalidad” del ayuntamiento, una especie de propina, para evitar futuras alteraciones y protegerlo, demostrando la importancia fundamental que puede tener un espacio representativo cuando se construye en la ciudad, construyendo un lugar de memoria, conciencia e importancia simbólica para la comunidad LGBTQIA+ junto con posibilidades para un futuro de mayor equidad y menos prejuicios.
- ¹ "Amsterdam, Homomonument". National Day of Remembrance Committee of the Government of the Netherlands (in Dutch). Archived from the original on 16 April 2009. Via Wikipedia.
- ² VAN DIJK, Jeroen. Homomonument. In: Queer Spaces: An Atlas of LGBTQIA+ Places and Stories. Org: Adam Nathaniel Furman, Joshua Mardell. RIBA Publishing, 2022. p. 178.
