Uno de los elementos no fijos más representativos de las zonas tropicales de México son las hamacas ya que forman parte de la historia y de la vida cotidiana, representando un mueble importante en las casas. Si bien es cierto que la hamaca no es originaria de México, se piensa que pudo haber llegado por la Península de Yucatán y se adoptó en todo el sureste del país en zonas cuya temperatura y humedad requieren de una especie de cama flotante. En el caso de la región maya, las hamacas inicialmente se hacían con corteza de árbol de Hamack. Posteriormente, tanto en la región mexicana, como en el resto de Centroamérica, se empezó a utilizar la planta de sisal, con fibras elásticas y más suaves.
Con un enfoque más global, las hamacas están históricamente ligadas al desplazamiento, siendo utilizadas para el descanso de los indígenas en sus expediciones de caza y también para descansar en las casas de los pueblos. Con el paso del tiempo y la colonización, este objeto se incorporó a la cultura de los colonizadores, convirtiéndose en mobiliario de grandes casas adosadas y en un elemento obligatorio para los viajeros que utilizaban los balcones de los pobladores como estadía temporal. Sin embargo, estos elementos se han ido adaptando para tejerse con los modos contemporáneos de habitar en donde se les da una relevancia significativa otorgando un carácter importante y conformando algunos de los espacios más atractivos.
En los hogares, este elemento se han convertido en una pieza clave de decoración que remite al descanso, la tranquilidad, el confort y la frescura. Es por eso que en esta ocasión, seleccionamos 21 espacios tanto interiores como exteriores en donde las hamacas le dan un toque muy especial.