El artista y activista chino Ai Weiwei inauguró el Arco, una escultura en forma de jaula frente al Museo Nacional de Estocolmo. La estructura de acero inoxidable de 12 metros de altura presenta en su centro las siluetas de dos personas abrazadas, que parecen atravesar los barrotes de acero de la jaula. La obra fue creada para simbolizar las historias de los refugiados y se considera una oda a la libertad. La escultura está instalada en el exterior de la galería nacional Nationalmuseum, en la península de Blasienholmen, en el archipiélago de Estocolmo. Permanecerá allí durante un año, tras lo cual se trasladará a un lugar aún no revelado de la ciudad.
La obra se vio por última vez en 2017 en Nueva York, bajo el arco del monumento de Washington Square, como parte de la instalación Good Fences Make Good Neighbors. Según el artista, cuando la obra se expuso por primera vez, trataba sobre el racismo y la crisis mundial de refugiados causada por la inseguridad regional. Desde entonces, la obra ha ido adquiriendo nuevos significados, al igual que se despliegan más crisis y conflictos, como el aislamiento y la vulnerabilidad colectivos experimentados durante la pandemia y, más recientemente, la guerra entre Rusia y Ucrania.
Nuestro mundo es más incierto e inestable que en cualquier otro momento del último medio siglo. En este contexto, esta obra vuelve a ser una advertencia y un recordatorio. - Ai Weiwei en una entrevista para The Art Newspaper
Arch cuenta con el apoyo de Brilliant Minds, una fundación que organiza una conferencia anual en la capital sueca, un autodenominado "Davos de las industrias creativas". Brilliant Minds fue creada en 2015 por Daniel Ek, fundador de Spotify, y el empresario Arash Pournouri. Ai Weiwei se encuentra entre los ponentes de la reunión anual de este año, que tuvo lugar en Estocolmo en junio. Según la directora general de Brilliant Minds, Annastasia Seebohm, Arch es la primera iteración de una serie de exposiciones culturales públicas en Estocolmo, apoyadas por Brilliant Minds durante los próximos cinco años.
Prolífico artista y activista social, Ai Weiwei ha sido un firme defensor de los derechos humanos y un crítico de la rápida expansión económica de China. En 2010, Ai recibió elogios por su instalación, en la Tate Modern de Londres, de 100 millones de "semillas de girasol" de porcelana pintadas a mano, producidas por unos 1600 artesanos chinos. Aunque su obra ha recibido elogios internacionales, las dimensiones frecuentemente provocativas y subversivas de su arte han desencadenado diversas formas de represión por parte de las autoridades chinas. En 2011 fue detenido y retenido durante 81 días sin cargos, lo que provocó una protesta mundial. Se le confiscó el pasaporte y estuvo detenido en China hasta 2015. El artista vive actualmente en Portugal y este año es el protagonista de Passages Insolites, un circuito de arte público en Quebec (Canadá).