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Arquitectos: Ramoni Balestro Arquitectura
- Área: 110 m²
- Año: 2022
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Fotografías:Ezequiele Panizzi
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Proveedores: Arauco, Acquamondo, Aziforma, Duo Mobile, Portobello Revestimentos, SERVLAR, Solzaima
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Situadas en la localidad de Pinto Bandeira, en Rio Grande do Sul, las dos cabañas idénticas con estructura en forma de "A" enmarcan el lugar conocido por su hermoso paisaje. El concepto se basó en la memoria de los clientes y en el deseo de generar una nueva experiencia en medio de la naturaleza.
Cada chalet tiene un total de 90m² de superficie interior y 20m² de superficie exterior, lo que proporciona una sorprendente conexión con el contexto natural que lo rodea. La planta baja está formada por el spa con jacuzzi y el salón con chimenea y sillones, ambos con vistas al río e integrados con la cocina, la zona de barbacoa y la sala de televisión con sofá cama. El dormitorio está en el entresuelo, que es abierto y tiene un balcón. Ambas plantas tienen un baño.
El interior de los chalets se caracteriza por la madera de pino, un material de belleza natural que contribuye a la sensación de calidez y relajación. La ventana, similar a una claraboya, está situada en la pendiente del tejado y funciona bien como parte de la decoración.
Las puertas correderas pueden abrirse de par en par para permitir la ventilación cruzada. Y para adaptar la nueva estructura al paisaje que la rodea, la fachada principal ofrece una perspectiva completa del inmenso espacio exterior compuesto por pequeños cultivos, un viñedo y espacio para un brasero. La otra fachada se abre intencionadamente a la vista del río y a la salida del sol, celebrando el observatorio favorito de la gran finca.
La naturaleza ha condicionado la implantación de los chalets y el entorno naturalmente bello ha dado un toque especial a la construcción, haciendo que la arquitectura sea específica y única.
Un lugar para escapar, relajarse y quedarse. Un lugar de encuentros y reuniones para observar la naturaleza fuera y dentro de nosotros. Y nada mejor que un brasero para calentarse en ese delicioso frío en una hermosa noche de luna llena.