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Arquitectos: Firma Arquitetura, Oficina Aberta
- Área: 70 m²
- Año: 2017
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Fotografías:Carolina Lacaz
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Proveedores: Day Brasil, Isover, Knauf, Lafonte Assabloy, REKA
El interior y el exterior: jardines . El proyecto en cuestión es un anexo a un jardín de infantes existente para el desarrollo de actividades extracurriculares: música, artes y recreación en un club deportivo en la ciudad de São Paulo (Brasil).
Partiendo de una trama con una forma inusual, junto a la necesidad de una reorganización de los accesos y el deseo de una mayor apreciación de los espacios libres, buscamos mediante la inserción de un volumen simple y único, para crear tres " jardines de actividades”.
Con esto en mente y en paralelo con el deseo de minimizar el número de barreras físicas dentro de la escuela, el nuevo anexo propuesto se acerca sin problemas a los bordes del lote creando límites sutiles entre diferentes "jardines".
Gracias a la incorporación de grandes puertas corredizas, todas las salas se conectan directamente a sus espacios exteriores. El resultado es que el interior y el exterior se convierten en uno: un jardín de sol y un jardín de sombra; un jardín de infantes donde el aprendizaje se realiza sin límites y donde la naturaleza y la arquitectura se unen en nombre de la educación.
Construcción rápida, modular y sostenible. Desde un punto de vista constructivo, el proyecto para el anexo de Catavento buscaba, sobre todo, explorar técnicas y soluciones de construcción. En resumen, técnicas que podrían permitir un trabajo rápido y de bajo costo, así como eficiente y sostenible en términos de su impacto social y en el medio ambiente.
Así, todo el proyecto se desarrolló en función del uso de las particularidades del paisaje local, respetando la vegetación y el entorno existente. Otro punto de suma importancia para la coherencia general del edificio es el uso de una paleta de elementos y materiales que minimizan el desperdicio y promueven un trabajo limpio.
De este compromiso de construir bien e inteligentemente, se priorizó el uso de materiales industrializados con dimensiones modulares. Por lo tanto, el uso de estructuras de acero compuestas de elementos pequeños (marco de acero) fue la solución constructiva adoptada, ya que es fácil de transportar, ensamblar manualmente y es un material que permite ser reutilizado e reciclado. En este sentido antes de considerar el uso de la tecnología como un atajo hacia la sostenibilidad, la premisa era no desperdiciar, respetando el medio ambiente y a toda la comunidad como el verdadero camino hacia el desarrollo sostenible.
Incorporando el aspecto de comodidad a estructura, se exploró la necesidad de un buen control acústico, iluminación y ventilación natural para los ambientes del aula. Para eso, se arreglaron tres cobertizos de techo, cubiertos internamente por placas acústicas, que alternando en sus orientaciones son capaces de crear tonos de luz y viento en cada una de las habitaciones.
Color como materia. El proyecto explora la experiencia humana en el espacio por el medio del color: un cuerpo que se traduce en el disfrute estético, en el carácter simbólico, memorable, lúdico y sensible de la arquitectura. De esta manera, los tres cobertizos de techo reciben un color distinto.
Por lo tanto, los artefactos técnicos de absorción acústica, iluminación y ventilación abandonan sus funciones primordiales y, según el gusto del sol, les dan un nuevo carácter a los ambientes: la sala verde, la sala amarilla y la sala naranja.