El pasado 4 de octubre, se presentó en el Pabellón de Barcelona la instalación temporal “Mass is More”, un proyecto diseñado por Daniel Ibáñez y Vicente Guallart, del Instituto de Arquitectura Avanzada de Cataluña (IAAC), junto con Alan Organschi del Bauhaus Earth (BE). La misma permaneció abierta al público general desde el 1 hasta el 9 de octubre.
El evento sirvió de escenario para el lanzamiento de MASS MADERA, una red nacional de pioneros en la construcción con madera maciza industrializada, dirigida por el IAAC, cuya principal misión es facilitar e impulsar la construcción ecológica. En este marco, la instalación, realizada justamente con madera maciza industrializada, exploró el uso de materiales arquitectónicos regenerativos y descarbonizantes en el rubro de la edificación.
La madera maciza industrializada es una de las soluciones de mayor impacto para descarbonizar el proceso de construcción. Por un lado, porque permite sustituir materiales provenientes de recursos fósiles como el hormigón o el acero, situar el CO2 absorbido en forma de edificios y permitir secuestrar más CO2 a nuevas generaciones de árboles en el bosque. Por otro, porque puede almacenar carbono de forma segura durante mucho tiempo.
De esta manera, a través de una transformación material del pabellón, el proyecto llamó a la reflexión sobre cómo regenerar nuestras ciudades mediante el uso de este tipo de materiales, y así alcanzar los objetivos ambientales de la UE para el 2050.
El proyecto fue impulsado a través de la red Built by Nature (BbN), un fondo filantrópico dedicado a acelerar la transformación de la construcción en madera en Europa y así reducir radicalmente el carbono incorporado, almacenar carbono de forma segura en nuestros edificios durante generaciones y atrapar el carbono mediante la promoción de la gestión forestal y la regeneración.
La propuesta estableció un diálogo entre la modernidad industrial del siglo XX y los nuevos edificios de bajas emisiones propios del siglo XXI. Ocurriendo casi un siglo más tarde de la original construcción del Pabellón Alemán diseñado por Mies van der Rohe y Lilly Reich, el proyecto creó un diálogo entre el pasado y el futuro, respetando el lenguaje arquitectónico existente: se conservó la cuadrícula formal del pabellón original, creándose simultáneamente una narrativa alternativa y una forma distinta de experimentar el sitio.
La entrada al espacio invirtió la circulación tradicional, ofreciendo la oportunidad de atravesar primero los árboles del jardín posterior al pabellón. Luego, a través de una pasarela elevada, se generó acceso a un voladizo que ofrecía vistas inéditas del pabellón. Esta plataforma, a su vez, daba paso a un pequeño auditorio en el que se realizaron encuentros y charlas.
Se utilizó una serie de piezas construidas con paneles de madera laminada entrecruzada (CLT) procedente de bosques locales y así la instalación demostró las capacidades estructurales de este material y su idoneidad para construir edificios más sostenibles, produciendo un impacto ambiental mucho menor. Todas las piezas fueron producidas por Xilonor, la empresa de CLT más avanzada de España, perteneciente al grupo FINSA.
Además de la instalación física, la exposición contó con un diorama de 4,8 metros de largo que mostraba el recorrido que realiza la madera desde su origen en el bosque hasta la ciudad y sus propiedades en cuanto al almacenamiento de carbono durante el camino.
Otra propuesta tan interesante como innovadora fue la de Bestiario, empresa líder en visualización de datos, que desarrolló una aplicación a través de la cual se podía ver una comparación entre los impactos ambientales medidos del Pabellón de Barcelona de 1929 y la nueva instalación de madera maciza, considerando solo elementos arquitectónicos como el techo, las paredes, las columnas y el suelo. El análisis comparativo comprende las emisiones de carbono incorporadas en cada elemento, así como la energía utilizada, los kilómetros recorridos y los pasos realizados durante los diferentes procesos de extracción, fabricación, transporte y montaje.
Los visitantes pudieron disfrutar también de una videoinstalación del cineasta Jaume Cebolla dentro del pabellón. La proyección mostraba las transformaciones materiales que sufre la madera recolectada para la construcción de la estructura desde una perspectiva en primera persona.
En el estanque del pabellón se instaló un panel de madera industrializada de 12 x 2,5 metros con el fin de ilustrar el proceso que se utilizaba en el siglo XIX para transportar el material directamente desde el bosque a la fábrica a través del río. Sobre esta plataforma, el bailaor flamenco José Manuel Álvarez puso su magia, ofreciendo una performance.
En el interior, el lujoso muro central de ónice del pabellón se reinterpretó con nuevas texturas creadas a partir de un panel del CLT compuesto por múltiples especies de madera. Ilustrando la geometría original del mármol, el panel fue sometido a procesos de fresado digital para crear una topografía tridimensional cálida y exuberante capaz de revelar sus diversas capas.
La intervención coincidió con la semana central de los eventos de Barcelona Ciudad Europea del Bosque 2022, organizada por el Instituto Forestal Europeo (EFI) en asociación con el Área Metropolitana de Barcelona (AMB), el Ajuntament de Barcelona, la Diputació de Barcelona y la Generalitat de Catalunya junto con centros científicos como IAAC, CTFC, CREAF y Parc de Belloch.
Así, y para concluir, la intención de la instalación, respondiendo a la serie de eventos y actividades que están sucediendo en Barcelona a lo largo de este 2022, fue profundizar la discusión sobre Biociudades y nuevas formas de diseñar y gestionar entornos urbanos, basándose en los principios de la bioeconomía circular, reflexionando sobre nuestra relación con nuestros bosques y las nuevas formas de construir.