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Arquitectos: Esculpir el Aire
- Área: 225 m²
- Año: 2022
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Fotografías:Alejandro Gómez Vives
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Proveedores: Hiansa, Jysk, Levantina, Pladur, Simon, Trondheim
‘El Pabellón de Luz’ es una construcción conceptual que trabaja principalmente con el blanco ofreciendo una pieza pura que transforma la luz a su paso y permite el libre movimiento del aire a través. Se trata de un pequeño edificio que se ofrece como Pabellón-Restaurante Terraza para posibilitar nuevas experiencias espaciales en un entorno de encuentros culinarios, donde la luz sea percibida distinta de día que de noche en el momento en el que la iluminación artificial nos emocione –a través de la piel de la arquitectura– como si de un truco de magia se tratase.
El confinamiento nos ayudó a recordar que, tanto los espacios abiertos y la ventilación, así como la importancia del sentido del tacto, son imprescindibles para nuestras experiencias vitales. Por medio de este proyecto, se vuelven a potenciar los aspectos visuales de la arquitectura (diagonales abiertas, interdependencia de espacios abiertos-cerrados / interiores-exteriores) y también sus aspectos táctiles, aportando ‘geometrías de percepción de interioridad’ donde las texturas de la piel de la arquitectura dialogan con la piel de los usuarios a través de la manipulación formal de la materia.
El Pabellón de Luz opera con la fluidez conjunta del espacio exterior y del espacio interior, proponiendo un nuevo espacio experiencial que se estructura por medio de una secuencia de episodios espaciales interrelacionados que vinculan la escala humana con la escala del entorno y, también, con los aspectos climáticos y ambientales del lugar –ángulo del sol (incidencia solar), ventilación natural, transpiración a través de la piel, temperatura y humedad, etc.–
La geometría final del Pabellón se obtiene al materializar aquellos elementos constructivos mínimos imprescindibles que posibilitan el doble flujo de movimiento que se produce en el paisaje abierto: el primero, mediante el trazado de un recorrido peatonal principal de entrada y salida de los usuarios que llegan desde el aparcamiento adyacente; el segundo, mediante el trazado de los recorridos que establecen los camareros desde la cocina del restaurante anexo hasta los espacios de trabajo del Pabellón.
Las paredes sólidas y pesadas de las habituales construcciones se han transformado en ligeras pieles que transpiran la luz y el aire de una forma tamizada y sutil –como si fueran elementos textiles– mediante la relación de superposición que se propone entre dos chapas metálicas paralelas de color blanco que han sido manipuladas mediante plegados y perforaciones –separadas por medio de una estructura metálica interior lacada en color negro–, del mismo modo que lo hace nuestra piel con la luz y con el aire que nos envuelven.