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Arquitectos: El fabricante de espheras
- Año: 2021
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Fotografías:Milena Villalba
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La plaza que hay entre el Mercado Central y La Lonja es el espacio en el que, desde el siglo XIV, se montaba el mercado diario de València y en el que se vendían productos que llegaban desde todo el territorio.
El paisaje estaba conformado por diferentes estructuras de las que colgaban toldos textiles para protegerse del sol y, bajo su sombra, se reunía la gente para hablar, comerciar o descansar, participando así en el trasiego diario del mercado.
Para la semana del Urbanismo de València 2020 se convocó el concurso del diseño de una arquitectura efímera que funcionara como pabellón y punto de encuentro de las actividades del evento, y que transmitiese los valores de un urbanismo próximo a la identidad de la ciudad y al encuentro de las personas.
La pandemia mundial obligó a aplazar la Semana del Urbanismo 2020 hasta mayo de 2021, lo que, unido al inicio de la remodelación de la Plaza del Mercado, provocó el traslado de toda la actividad de la Plaza del Mercado a la Plaza del Ayuntamiento de València, incluida la instalación de La Valentina
La Valentina fue una instalación efímera que recuperaba el concepto de sombra que protege un espacio donde reunirse a compartir. Efímera y colgada de una estructura en forma de anilla, una piel de bolsas de tela envolvía el espacio y enmarcaba las cúpulas y los remates de los edificios de la Plaza del Ayuntamiento. El espacio envolvente era una sombra donde reencontrarse o donde sentarse a observar los ritmos de la ciudad.
El marco conceptual de esta intervención se basaba en dos ejes fundamentales; de una parte, la lectura del entorno singular de la plaza, y de otra, la oportunidad de visibilidad que supone la Semana del Urbanismo para poner sobre la mesa reflexiones sobre el espacio público. La intervención se entendía como un manifiesto físico que expresaba a pequeña escala las inquietudes del Urbanismo con perspectiva de género. La recuperación de la memoria del espacio de intervención, evocando las actividades propias del mercado, sus olores, sus sabores y sus texturas. La ciudad como potenciadora de dinámicas de consumo de proximidad ancladas a su territorio, haciéndola más sostenible y reduciendo los envases de un sólo uso y plásticos.
Uno de los principales objetivos de la actuación fue la puesta en valor de la memoria del espacio público como espacio de intercambio comercial, espacio de mercado y reflejo de su paisaje. Los aromas, los sonidos, las actividades o la materialidad son claves para disfrutar de las ciudades que habitamos.
Como punto de partida se propuso emplear dos elementos básicos que, en el imaginario colectivo, están asociados con el ambiente del mercado: los textiles de los toldos y las cajas de madera de fruta. La intervención propuso crear un espacio cóncavo que abrazara el espacio público y generará un pequeña ágora en el que encontrase.
Una estructura metálica central en forma de anilla soportaba las bolsas de tela que creaban espacios de sombra sobre las cajas, emulando así a los toldos del mercado. A cota de suelo, y a modo de asientos, jardineras y micro-topografías de juego, se encontraban las cajas de madera.
El último día de la Semana del Urbanismo, la instalación fue desmontada completamente con ayuda de las personas vecinas y usuarias del mercado. Las bolsas, cajas, cuerdas y plantas fueron repartidas entre las personas asistentes a la Semana del Urbanismo y la estructura metálica fue guardada a la espera de una nueva ubicación definitiva en una plaza o parque de la ciudad.