La vivienda no es sólo el lugar donde vivimos. Es un reflejo de nuestra sociedad, de nuestra cultura y de nuestras aspiraciones. Es un espacio que influye en nuestra calidad de vida, en nuestra salud y en nuestro bienestar. Y en un mundo que cambia a ritmos sin precedentes, en el que las tecnologías avanzan a pasos agigantados, en el que la población crece y los recursos escasean, es clave reflexionar sobre cómo habitamos la vivienda y cómo podemos hacerla mejor.
ArchDaily abrió el debate sobre el tema de la vivienda contemporánea durante todo el mes de abril. Realizamos una invitación a nuestros lectores para que se sumaran a la discusión sobre su estado actual y su futuro. Luego de revisar una inmensa cantidad de comentarios y opiniones tanto de profesionales de la construcción, como de estudiantes e interesados en la arquitectura, fue una sorpresa encontrar coincidencias sobre que antes que nada, la vivienda contemporánea dice mucho tanto sobre adaptabilidad, innovación y diversidad, como sobre especulación inmobiliaria, falta de políticas públicas adecuadas y desigualdad económica. Conoce en detalle los principales puntos de vista, a continuación.
La vivienda contemporánea es un universo
Adaptabilidad, innovación y diversidad: Con cada nuevo avance en la tecnología y el diseño, el universo de la vivienda contemporánea se expande aún más, ofreciendo nuevas posibilidades y soluciones para el hogar del futuro.
"La vivienda contemporánea no puede ser definida unívocamente desde ninguno de sus extremos, se trata de un fenómeno social de múltiples identidades y orígenes, formalizándose en diversos paradigmas que plantean soluciones diversas, y obedece así a la multifacética generación de ideas y propuestas. La multiplicidad de sus planteamientos es una de las características que la determinan. Esa enorme y basta dimensión, es justamente lo que le da ese especial carácter de originalidad y amplitud, lo que permite que las diversas fórmulas sean todas validas y adaptables, a los diversos espacios y realidades de acuerdo a las dimensiones que se esperan alcanzar y atender. Quien pretenda uniformar un criterio de vivienda global, no ha entendido nada sobre la inmutabilidad de la arquitectura, su utilidad y formalismo; así como su existencia plena como resultado de la humanización de cada proceso natural que hemos acompañado como especie, desde el inicio de los tiempos", dice el arquitecto Rafael Escobar desde Perú.
Carlos Gonzales, también desde Perú, agrega: "Al margen que una vivienda tenga las condiciones mínimas como los servicios básico y que proteja a los usuarios de las inclemencias del clima, creo que hay un factor para que cualquier vivienda sea mejor y este es el respeto. Respeto hacia otros y respeto hacia el ambiente. Respeto hacia los demás porque los olores, el ruido, el flujo de gente que sale o entra de tu vivienda, etc. no debe perjudicar la vida de los otros. Respeto hacia el ambiente porque las acciones que se realizan en la vivienda no deben alterar ni contaminar el entorno que la rodea, al contrario deben propiciar su mejora. Porque aun cuando se garantice una muy bonita vivienda digna a una familia, si esta se encuentra inmersa en un caos producto del irrespeto hacia la vecindad y el entorno, definitivamente, esa vivienda no es vivienda: son 4 paredes y un techo, no se vive en su interior, solo se pasa la vida...y no es lo mismo. Ergo, se requiere sensibilizar sobre ambos puntos como puntos tácitos dentro de cualquier mejora en una vivienda, sea esta promovida como un plan de gobierno o ya sea como iniciativas privadas".
La vivienda contemporánea está paralizada
Especulación inmobiliaria, falta de políticas públicas adecuadas y desigualdad económica: La vivienda contemporánea en muchos lugares del mundo se encuentra en una situación de parálisis. Para que la vivienda esté en expansión, es necesario abordar estos problemas estructurales de manera efectiva, entre todos los distintos actores: Los gobiernos, las organizaciones de la sociedad civil y el sector privado, son claves de trabajo en conjunto para desarrollar soluciones habitacionales sostenibles y adaptadas a las necesidades de las personas.
Desde España, Jorge Núñez pone su ejemplo de referencia: "Vivíamos de alquiler en el barrio de Sagrada Familia de Barcelona, en un edificio de viviendas de la década de 1930. Era un piso de unos 70 m2 formado por un pasillo distribuidor en el que todos los espacios quedaban separados por puertas. En invierno el frío llegaba a molestar y en verano, con las puertas de los balcones abiertas, era insoportable el ruido. Las voces de los vecinos se escuchaban a través de las paredes y de las ventanas que daban al patio de luces. Vivimos ahora en un piso de compra, en La Prosperidad, barrio de las afueras de la ciudad. Un edificio de la década de 1970, en el que todos son propietarios. No hemos ganado en espacio, pero es un lugar más confortable. Hemos hecho reformas y ahora hay un significativo contraste entre el interior y el entorno. Creo que es fundamental de ampliar los accesos al exterior, utilizar materiales que aíslen el ruido, sobre todo en las paredes que separan los apartamentos, elevar los techos y controlar el consumo de agua y luz. Es decir, combinar los elementos que aportan confort con la responsabilidad ciudadana y la sostenibilidad. También la construcción de viviendas no debería pensarse de manera aislada, sino tomando en consideración el conjunto de factores que afecta la vida de la gente. No debería haber una gran distancia entre la vivienda y el arbolado, las plazas, los parques, los comercios, las calles que la circundan. No deberían pensarse como problemas distintos".
Andrea González, arquitecta colombiana, se suma a la conversación: "Considero que una de las labores más importantes a desarrollar es la capacitación a los ciudadanos en la apremiante necesidad y relevancia que tiene el diseño en sus vidas, especialmente en los barrios populares dónde se desestima la profesión del arquitecto y diseñador debido a condiciones económicas. Las personas prefieren utilizar el dinero para comprar materiales o mano de obra antes de contratar un arquitecto, creo que es por falta de conocimiento de lo que un adecuado diseño arquitectónico haría en sus vidas. No entender lo que "está en juego" al no tener una planeación y diseño adecuados hace que la población en general no acceda a los mismos y no pague por ellos".
Drawde, también desde Colombia, nos escribe que "la vivienda está ridículamente cara, en 50 o 40 metros cuadrados no se puede formar familia, es desesperanzador la especulación, y la arquitectura standard de la vivienda de interés social es deprimente". Horacio Vivanco, se suma comentando que "en Argentina, actualmente hay parálisis en operaciones de compra-venta de propiedades a primeros dueños. No existen líneas de crédito hipotecario y las tasas de devolución son altísimas (impagables para salarios medios).
La vivienda será el soporte para el trabajo
La vivienda contemporánea se ha convertido en un espacio multifuncional - y un espacio clave para el trabajo en la actualidad. Desde habitaciones específicas para trabajar hasta pequeñas oficinas modulares, han estado integrándose poco a poco en los distintos espacios del hogar sumando una gran variedad de opciones que se ajustan a las necesidades de cada persona.
Óscar Jesús, arquitecto español, nos escribe que la vivienda "tiende a ser el lugar dónde pasaremos entre el 60-80% de nuestro tiempo debido al teletrabajo y a los nuevos universos digitales. Entonces la vivienda será el soporte para estas tareas. Deberán repensarse todos y cada uno de los espacios y flujos que la conforman y adecuarse para una vida cada vez más individualizada dentro de la comunidad".
"Las viviendas contemporáneas están atadas a las economías domésticas, en la mayoría de los casos los escasos recursos, hacen necesaria el uso óptimo del espacio disponible, por lo que en mi opinión las viviendas contemporáneas tenderán a un uso más eficiente, espacios multiusos, reducción al mínimo de los pasillos de distribución y espacios de almacenaje no convencionales", dice Matías, un interesado en la arquitectura desde Argentina.
Definitivamente, la vivienda contemporánea presenta desafíos y oportunidades únicas. Debemos encontrar soluciones para los problemas que nos afectan hoy: la falta de vivienda asequible, la especulación inmobiliaria, la insostenibilidad de los modelos de construcción actuales, la segregación social y territorial. Al mismo tiempo, tenemos la oportunidad de explorar nuevas formas de habitar, de diseñar espacios más humanos y más adaptados a nuestras necesidades, de aprovechar las nuevas tecnologías para mejorar la eficiencia energética y la calidad de vida, y de crear comunidades más inclusivas y más respetuosas con el medio ambiente.
Este artículo es parte de los temas de ArchDaily: Vivienda Contemporánea. Cada mes exploramos un tema en profundidad a través de artículos, entrevistas, noticias y obras de arquitectura. Te invitamos a conocer más sobre nuestros temas. Y como siempre, en ArchDaily valoramos las contribuciones de nuestras lectoras y lectores: si quieres postular un artículo o una obra, contáctanos.