Archdaily está trabajando con CityMakers para publicar una serie de artículos, conversaciones, y entrevistas con los diferentes actores de la coproducción de la ciudad que están detrás del Barcelona CityMakers Lab 2021, evento que tendrá lugar del 8 al 12 de noviembre.
CityMakers es la plataforma global de expertos en buenas prácticas de co-producción de ciudad, que busca conectar a co-productores de ciudad e influyentes líderes provenientes de distintas partes del mundo, para que se inspiren unos a otros e inspiren la transformación en sus ciudades.
Para esta entrega, Velislava Simeonova nos presenta su artículo "El regreso a la ciudad post-covid: Reflexiones hacia un turismo urbano sostenible".
En el año 1970, el escritor Alvin Toffler advirtió: "en las tres breves décadas que van desde ahora hasta el siglo XXI, millones de personas comunes y psicológicamente normales se enfrentarán a una abrupta colisión con el futuro". En Future Shock, Toffler describe una condición de malestar, una sensación de estrés y desorientación que afectaría a los individuos en una sociedad destinada a cambiar cada vez más rápido.
Nada representa mejor este cambio que el hábitat que los seres humanos han creado para sí mismos. La generación anterior a Toffler conoció un mundo eminentemente rural, del ser humano ligado a la tierra que nació y murió en su comunidad. La generación por nacer recibirá un mundo que ya está urbanizado, hiperconectado y marcado por una movilidad extrema entre ciudades y países. Nosotros, que vivimos hoy, tenemos el privilegio y la responsabilidad de observar el fenómeno urbano cambiando la faz del planeta.
Tratándose de una de las civilizaciones más avanzadas en el territorio de América Latina, los quilmes habitaron el Valle de Santa María al oeste de las sierras de Quilmes, en el noroeste de la provincia de Tucumán y prácticamente en el centro de los Valles Calchaquíes de Argentina. Su ciudad evidencia las huellas del tiempo en el espacio dejando ver la complejidad de aquel mundo construido en función de la vida de un pueblo, su economía, sus lugares privados y públicos, sus sitios sagrados y sus intercambios con otros pueblos. Siendo los primeros habitantes de este sitio, tuvieron una alta densidad de población compuesta por 450 mil habitantes antes de la invasión española.
Se consideran a las ciudades formadas sobre los Valles Calchaquíes como las primeras ciudades prehispánicas de la Argentina, ya que comenzaron a desarrollarse desde aproximadamente el siglo X. Si bien hoy en día, lo único que queda son sus ruinas, lo cierto es que su historia representa la complejidad de una cultura material y espiritual que tuvo un notable grado de organización social y económica.
Uno de los aspectos más desafiantes de este cambio será satisfacer las crecientes demandas de enfriamiento de una manera ecológica. El enfriamiento es innatamente más difícil que el calentamiento: cualquier forma de energía puede convertirse en calor, y nuestros cuerpos y máquinas generan calor de forma natural incluso en ausencia de sistemas de calefacción activos. El enfriamiento no se beneficia igualmente de la generación espontánea, lo que a menudo hace que su implementación sea más difícil, más costosa o menos eficiente. El calentamiento global y sus efectos tangibles solo exacerban esta realidad, intensificando una demanda acelerada de sistemas de refrigeración artificial. En su forma actual, muchos de estos sistemas requieren grandes cantidades de electricidad y dependen en gran medida de los combustibles fósiles para funcionar. El sector de la construcción debe encontrar maneras de satisfacer la creciente demanda de refrigeración, eludiendo simultáneamente estos efectos insostenibles.
https://www.archdaily.co/co/956540/enfriar-los-interiores-sera-el-desafio-arquitectonico-del-futuroLilly Cao
Crisis económicas, emergencias sanitarias y desastres naturales seguidos de conflictos sociales, desacuerdos políticos y búsquedas de nuevos lugares para vivir han sido los motivos a lo largo de la historia para producir el desplazamiento de cientos de cientos de miles de personas. El resultado: cambios, de residencia, de hábitat y de cultura.
Hace exactamente un año, el 4 de agosto de 2020, la tercera mayor explosión no nuclear jamás registrada destruyó casi la mitad de la ciudad de Beirut, arrasando el puerto y la parte oriental de la capital. Una de las mayores tragedias urbanas de los tiempos modernos, mató a más de 200 personas, hirió a miles y dejó a unas 300.000 personas sin hogar, dañando más de 80.000 espacios comerciales, residenciales y públicos. La explosión, que se sintió en todos los países vecinos, despojó a las construcciones de la ciudad de sus revestimientos, armazones y elementos de cristal, y derribó por completo otros edificios, dejando unos 15.000 millones de dólares en daños materiales, en tiempos de Covid, disturbios políticos y sociales, y colapso económico.
Un año después, poco ha cambiado. La situación se ha vuelto más difícil para los habitantes de Beirut. Todo en la ciudad sigue recordándoles ese día. Las principales preguntas siguen sin respuesta, las instituciones gubernamentales no han puesto en marcha ningún plan de rescate o de acción; ante la ausencia total del Estado, la sociedad civil se ha movilizado para tomar en sus manos los esfuerzos de reconstrucción.
El primer Shikinen Sengu se realizó en el año 690, en la ciudad de Ise, Provincia de Mie, Japón. Consiste en un conjunto de ceremonias que duran hasta 8 años, comenzando con el ritual de la tala de árboles para la construcción del nuevo Santuario de Ise y concluyendo con el traslado del espejo sagrado –símbolo de Amaterasu-Omikami– al nuevo santuario por sacerdotes Jingu. Cada 20 años, se construye un nuevo palacio con exactamente las mismas dimensiones que el original, en un terreno adyacente al santuario principal. Shikinen Sengu está vinculado a la creencia sintoísta de la muerte periódica y la renovación del universo, transmitiendo además las antiguas técnicas constructivas en madera de generación en generación.
La idea de levantar un edificio con fecha de caducidad no es tan común. De hecho, se aborda muy poco el tema de la vida útil de los edificios. Una vez demolido, ¿a dónde van los materiales? ¿se eliminarán en vertederos o se podrán reutilizar en nuevos proyectos? Existen construcciones, métodos de construcción y materiales que facilitan este proceso. Otros hacen inviable la reutilización, debido a una serie de factores.
En la republicación de esta semana de Metropolis, Amanda Schneider, presidenta de ThinkLab, la división de investigación de SANDOW, explora cómo "los diseñadores pueden ayudar a crear interiores saludables y seguros con una cuidadosa selección de las superficies". Al preguntarse cómo podemos lograr tener superficies higienizadas sin tener que limpiarlas a fondo con regularidad, la autora analiza a fondo la materialidad de los interiores.
Archivo de Ideas Recibidas es un proyecto interdisciplinario de investigación y difusión que busca registrar y relacionar las ideas de personas que contribuyen al ecosistema creativo contemporáneo desde el arte, el diseño y la arquitectura. Se construye desde las conversaciones que el equipo sostiene con diversos creadores, en donde se profundizan temas relacionados a la memoria, la academia, el contexto cultural, sus principales influencias y metodologías de trabajo.
El estudio de Francisco Burgos y Ginés Garrido recibió el primer premio en el concurso promovido por el Cabildo de Palma para llevar a cabo una residencia para adultos mayores y centro diurno en Los Llanos de Aridane, municipio de la provincia de Santa Cruz de Tenerife, Canarias. Al oeste de la isla de La Palma, la propuesta se plantea como un punto de encuentro entre la arquitectura y la naturaleza donde sus habitantes sean capaces de disfrutar el último tramo de su vida de la mano de una arquitectura optimista que posibilite la vida en común.
El modo en que se mueven los materiales afecta tanto a la arquitectura como a la manera en que diseñamos. Si bien a menudo los arquitectos consideran tanto el suministro como la fabricación de materiales, los productos físicos y también sus ensamblajes, estos se mueven y adaptan a medida que se cruzan las líneas geográficas y nacionales. La forma en que los materiales migran y, a su vez, las ideas de diseño en sí mismas, cuentan una historia de arquitectura que trasciende la construcción y el clima, así como las fronteras reales e imaginarias.
Habitualmente, cuando la gente piensa en edificios, por defecto imagina estructuras rectangulares, o al menos, estructuras con plantas ortogonales y ángulos duros. La rareza de la planta circular se debe en parte al hecho de que las malas elecciones de diseño pueden provocar el desperdicio del espacio y generar habitaciones incómodas, especialmente si los muebles y electrodomésticos tienen forma rectangular. Sin embargo, las plantas circulares bien diseñadas pueden crear un efecto dramático, generando configuraciones espaciales extraordinarias que satisfacen una gran variedad de necesidades estéticas y funcionales, desafiando al mismo tiempo el proceso de especificación de los materiales. A continuación, seleccionamos 18 edificios con plantas circulares, analizando sus diversas estrategias de diseño.
https://www.archdaily.co/co/966266/como-resolver-plantas-circulares-adecuadamenteLilly Cao
La zona del Norte Grande de Chile se posicionó por más de tres décadas como un importante laboratorio moderno y polo de desarrollo a escala tanto nacional como internacional. Este encarnaba la posibilidad de descentralizar tanto el acceso a servicios e infraestructura, como la gestión misma del territorio. De mano del auge económico, se impulsó también un proyecto de modernidad que contemplaba desde planes de inversión integral, hasta la gestión y construcción de proyectos de arquitectura moderna. Sin embargo, tras el golpe de estado y la consecuente militarización de la frontera, los recursos volvieron a concentrarse en la capital santiaguina, acabando de esta manera con el impulso regionalista. Se detallan a continuación, algunas de las obras híbridas que, condicionadas tanto por el clima desértico como por la influencia europea, respondieron al contexto local marcado por un proyecto de modernidad incompleta.
La migración entre ciudades, estados, países y continentes es parte de la vida cotidiana. A medida que buscamos nuevas oportunidades en nuestra vida personal y profesional, nuestras elecciones individuales en realidad tienen un mayor impacto en los sistemas socioeconómicos grandes y altamente interconectados de todo el mundo. Pasar de una pequeña ciudad rural a una gran metrópoli, o de un continente a otro, tiene más implicaciones de las que podría pensar, y la arquitectura, combinada con el concepto de "fuga de capital humano", puede ayudar al proceso entre bastidores, influyendo para ir de un lugar a otro.
Este artículo es una colaboración de Colectivo RE y fue publicado originalmente el 02 de agosto de 2020 en la segunda edición de Huevo de pato, una publicación que tiene por objetivo compartir pensamientos y experiencias como estrategia hacia la democratización del saber y del hacer.
Naoshima, Teshima e Inujima son las tres islas principales de un archipiélago en el Mar Interior de Seto, Japón. Lo que las diferencia de los demás archipiélagos japoneses, característicos de ese país insular, es la concentración de obras arquitectónicas de calidad excepcional, diseñado por algunos de los nombres más importantes de la arquitectura mundial. Estos proyectos forman parte del Benesse Art Site Naoshima, un complejo dedicado a las artes concebido por el magnate Soichiro Fukutake en la década de 1980, que comprende dieciocho museos, galerías e instalaciones al aire libre.
En una ubicación privilegiada de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y con una accesibilidad inigualable ya sea para eventos nacionales como internacionales, el proyecto de Frazzi Arquitectos se sustenta en la historia del Club Vélez Sarsfield buscando plasmar el legado que ha dejado su prócer ilustre Don José “Pepe” Amalfitani.
Tras décadas de intervenciones informales que con buenas intenciones fueron encontrando la manera de suplir las necesidades que se presentaban, el nuevo proyecto propone una intervención integral desplegándose más allá de una mera solución para una necesidad funcional y apoyándose en su historia y sensibilidad, de manera de otorgarle carácter y pertinencia a la sociedad.
Al mirar fotografías del interior de cualquier casa, solemos vemos grandes dormitorios iluminadas por grandes ventanas y luz natural del exterior. Vemos acogedoras salas de estar, exuberantes terrazas y cocinas con equipos de alta gama y refinadas terminaciones. Pero lo que no vemos es que detrás de estas elegantes paredes hay pequeñas habitaciones descuidadas sin ventilación adecuada ni espacio para moverse, dedicadas a quienes atienden a toda la casa: los empleados domésticos.
La dispar configuración espacial y el trato colonial a sirvientes y trabajadores domésticos extranjeros no son nuevas, sino que existen desde mucho antes del surgimiento de las actuales ciudades densificadas y los microapartamentos. Una buena parte de quienes están en condiciones de contratar trabajadores domésticos creen que estos necesitan y merecen menos espacio para residir que ellos mismos, no solo en cantidad de metros cuadrados, sino también en términos de calidad de vida.
Los monotowns son asentamientos urbanos creados en torno a una sola industria que emplea a la mayoría de los habitantes. En el antiguo Bloque del Este, donde las monociudades son los vestigios de los regímenes totalitarios de la última mitad del siglo XX, la transición repentina de las economías centralizadas al capitalismo supuso un profundo shock, generando procesos de desurbanización y migración interna. A continuación, se explora la arquitectura de las monociudades rusas de la era soviética, destacando sus fracasos, éxitos y estado actual.
El continente africano ha sido, a lo largo de la historia, un actor clave en la migración humana. Las culturas y costumbres han sido compartidas, adaptadas y reimaginadas como resultado de este movimiento de población, y los estilos arquitectónicos no son una excepción. En cierto modo, la variada arquitectura presente en África es un lente que se puede usar para comprender las complejidades de la migración. En el continente están presentes antiguas tipologías indígenas y constructivas nacidas de la asimilación orgánica de culturas. También están presentes los restos de la arquitectura colonial, un legado no de la migración voluntaria, sino de la imposición colonial forzada.
Buscando dar respuesta a la intrigante pregunta propuesta por Hashim Sarkis como tema central de la XVII Bienal de Arquitectura de Venecia, “Cómo viviremos juntos”, Sarkis instó a los arquitectos a "imaginar espacios en los que podamos convivir generosamente", espacios que no estén sujetos a contratos espaciales o sociales, y que sean lo suficientemente flexibles como para acoger a los individuos y hacerles encontrar un sentido de pertenencia en un hábitat totalmente diferente. A diferencia de lo que ocurría hace décadas, hoy en día la migración ya no se considera un traslado de las zonas rurales a las ciudades, donde la gente necesitaba estar cerca de sus lugares de trabajo. Los avances tecnológicos, los nuevos módulos de trabajo y, sobre todo, la pandemia, alteraron la percepción de los espacios por parte de las personas, haciendo posible completar al menos el 85% de las responsabilidades cotidianas desde prácticamente cualquier lugar del mundo. Lo que hemos aprendido de los casos anteriores, y lo que estamos observando ahora, es que el entorno construido debe ser flexible.
La planificación urbana a menudo se basa en el supuesto de un crecimiento demográfico y económico continuo, pero a medida que algunos entornos experimentan una contracción urbana, entra en juego un nuevo conjunto de estrategias. El fenómeno de la reducción de la ciudad es un proceso de declive urbano con causas complejas que van desde la desindustrialización, la migración interna, el declive de la población o el agotamiento de los recursos naturales. Haciendo referencia a la investigación existente sobre el tema, a continuación se exponen los enfoques de este fenómeno en diferentes entornos urbanos, destacando la necesidad de desarrollar nuevos marcos de diseño urbano para hacer frente al creciente desafío.
¿A qué suenan Katuma, Hagadera, Dagahaley, Zaatari o Ifo? Son nombres verdaderamente bellos, que como mínimo meritan vocearse o ser parte del repertorio de las 55 ciudades invisibles del escritor Italo Calvino.
Pero no son ciudades invisibles, sino asentamientos informales en Kenia y Jordania, que acogen entre 66.000 y 190.000 refugiados, la mayoría procedentes de países fronterizos, algunos de los cuales surgieron hace casi 50 años, con vocación de una temporalidad que se ha perpetuado. Con escasas infraestructuras urbanas, algunos asentamientos tienen escuelas y hospitales —y en el caso de Zaatari, una academia circense—, y para muchos de sus habitantes, son las únicas "ciudades” que han conocido en su vida.
Con más de un año en la pandemia, el flujo de viajes y turismo disminuye en todo el mundo pero eso no significa que debamos perdernos ciudades lejanas. Desde el inicio de la cuarentena, varios museos y organizaciones han preparado recorridos virtuales que llevan a los usuarios a inmersiones digitales en sus ubicaciones. Con eso en mente, hemos reunido cuatro formas diferentes de explorar lugares sin salir de casa.