Son ya muchos años los que se lleva poniendo encima de la mesa que los estudios de arquitectura funcionamos de aquella manera y nuestras bases empresariales son cuando menos dudosas.
A ello, hay que añadir que muchas oficinas están acostumbradas a malas prácticas laborales o directamente a infringir la ley o estar en el límite de la misma. Sobre todo ello, parece que es necesario seguir pensando en voz alta, para ver si se van produciendo cambios.