En el año 1970, el escritor Alvin Toffler advirtió: "en las tres breves décadas que van desde ahora hasta el siglo XXI, millones de personas comunes y psicológicamente normales se enfrentarán a una abrupta colisión con el futuro". En Future Shock, Toffler describe una condición de malestar, una sensación de estrés y desorientación que afectaría a los individuos en una sociedad destinada a cambiar cada vez más rápido.
Nada representa mejor este cambio que el hábitat que los seres humanos han creado para sí mismos. La generación anterior a Toffler conoció un mundo eminentemente rural, del ser humano ligado a la tierra que nació y murió en su comunidad. La generación por nacer recibirá un mundo que ya está urbanizado, hiperconectado y marcado por una movilidad extrema entre ciudades y países. Nosotros, que vivimos hoy, tenemos el privilegio y la responsabilidad de observar el fenómeno urbano cambiando la faz del planeta.