La arquitectura ha sido entendida durante mucho tiempo como una herramienta poderosa para dar forma al entorno físico y a las dinámicas sociales dentro de él. Sin embargo, su potencial para fomentar la equidad social a menudo es pasado por alto. El diseño impulsado por la empatía invita a los profesionales de la arquitectura a abordar su trabajo no solo como creadores de espacio, sino como facilitadores de la conexión humana y el bienestar comunitario. Este enfoque se centra en comprender las experiencias vividas, las luchas y las aspiraciones de las personas — particularmente las comunidades marginadas — y en responder a sus necesidades a través de una arquitectura inclusiva y reflexiva. Va más allá de la estética y la funcionalidad, enfocándose en crear espacios que fomenten la dignidad, la accesibilidad y la equidad social. Al priorizar la empatía, los arquitectos/as pueden diseñar entornos que eleven a las comunidades, aborden las disparidades y creen espacios inclusivos que promuevan un cambio social positivo de manera tangible y centrada en el ser humano.
Diogo Borges Ferreira
Diseñar con empatía: arquitectura para la equidad social
Explorando el legado del modernismo en la arquitectura del paisaje
La arquitectura del paisaje modernista marcó un cambio radical de los diseños de jardines tradicionales, enfatizando la simplicidad, la funcionalidad y una conexión más fuerte entre las personas y sus entornos. Desde 1930 hasta 1960, este movimiento vio la aparición de arquitectos paisajistas visionarios que integraron forma y función de maneras que redefinieron los espacios al aire libre. Sus diseños respondieron a los paisajes urbanos en rápida evolución de la época, priorizando la usabilidad y creando entornos que pudieran alojar la vida moderna. La influencia duradera de estos principios continúa dando forma a las prácticas contemporáneas, al mismo tiempo que también presenta desafíos únicos en la preservación a medida que estos paisajes envejecen.