La gentrificación es un tema no solo de actualidad, si no un asunto que preocupa a muchas personas. Puede que actualmente tenga más sentido hablar de turistificación, o que el fenómeno en sí haya cambiado, pero de alguna manera podemos englobar con el término gentrificación todos estos conceptos que tienen que ver con la expulsión de algunos de los habitantes "originales" de un barrio para ser sustituidos por otros con mayor poder adquisitivo, o por alquileres vacacionales.
Esto se trata de algo que atrae el interés de personas de todo tipo y no solo el de profesionales relacionados con el urbanismo o la arquitectura. Llama la atención de otros ciudadanos que, como es mi caso, nos lanzamos a buscar explicaciones o intentamos obtener pistas de lo que puede deparar el futuro con esta tendencia.
Desde mi punto de vista como ingeniero —pero sobre todo como habitante de Madrid— decidí investigar sobre los datos que hace públicos el Ayuntamiento sobre los locales comerciales de la ciudad, para ver si era posible extraer alguna conclusión respecto al tema. La finalidad con la que surgió este estudio es puramente exploratoria, sin encargo externo. No tenía ninguna hipótesis o meta preconcebida, más allá de identificar ciertos barrios como gentrificados; y a raíz de ahí comenzó el análisis, sin descartar posibilidades.