Un hecho desafortunado de la industria AIC (arquitectura, ingeniería y construcción) es que, entre cada etapa del proceso -desde la planificación y el diseño hasta la construcción y las operaciones- se pierden datos importantes.
La realidad es que, cuando se mueven datos entre las fases de un proyecto, estos se intercambian entre sistemas de software que reconocen solo sus propios conjuntos de datos. En el momento en que traduces esos datos, reduces su riqueza y valor. Cuando uno de los participantes del proyecto necesita datos de una fase anterior del proceso, los planificadores, diseñadores e ingenieros a menudo tienen que volver a crear manualmente esa información, lo que resulta en una repetición innecesaria.