Los programas de cocina nunca han sido tan populares en el mundo. Ya sean de recetas, reality shows o documentales, el escritor Michael Pollan señala que no es raro pasar más tiempo mirando este tipo de programas que preparando nuestra propia comida. Este es un fenómeno curioso, ya que únicamente podemos imaginar los olores y sabores del otro lado de la pantalla, como habitualmente nos recuerdan los presentadores. Al mismo tiempo, cuando vemos algo sobre la Edad Media, los ríos contaminados o desastres nucleares, nos sentimos aliviados de que todavía no exista la tecnología que transmita olores a través de la pantalla. De hecho, cuando se trata de olores (y más concretamente de los malos), sabemos lo desagradable que es estar en un espacio que no huele bien. Específicamente en los edificios, ¿cuáles son las fuentes principales y cómo pueden afectar los olores a nuestra salud y bienestar?
Federico Villa studio
Casa di Ringhiera / studio wok
-
Arquitectos: studio wok
- Año: 2019
Cortinas para dividir espacios: Hacia una arquitectura fluida y adaptable
Durante las últimas décadas, los espacios interiores se han vuelto cada vez más abiertos y versátiles. Desde los gruesos muros y las múltiples subdivisiones de las villas Palladianas, por ejemplo, hasta las plantas libres y multifuncionales de la actualidad, la arquitectura intenta combatir la obsolescencia al proporcionar los entornos más efectivos para que la vida pase como debería, facilitando las experiencias cotidianas de las personas en el presente, pero también en el futuro. Y aunque las antiguas villas de Palladio todavía pueden acoger una variedad de funciones y estilos de vida, readaptando sus usos sin cambiar un centímetro de su simetría y modulación original, en la actualidad la flexibilidad parece ser la receta para extender la vida útil de los edificios tanto como sea posible.
¿Cómo diseñar espacios lo suficientemente neutros y flexibles como para adaptarse al ser humano en evolución, sin dejar de ofrecer las soluciones que cada persona requiere hoy? Un antiguo elemento podría ayudar a redefinir la manera en que concebimos y habitamos el espacio: las cortinas.