
Desde las esculturas de Miguel Ángel hasta las estructuras de los templos griegos, los interiores de castillos y palacios, y el emblemático Pabellón de Barcelona de Mies van der Rohe, cuando nos acercamos a la historia de la arquitectura y la escultura, es inevitable que no hablemos del mármol. Originado a partir de la reacción química que sufre la piedra caliza al exponerse a temperaturas y presiones muy altas, durante miles de años, este material noble es una roca metamórfica que generalmente se encuentra en regiones donde se ha producido actividad volcánica. Su extracción, por sí sola, ya es un espectáculo.