Desconocido para muchos, el corcho es algo así como un caballo oscuro en lo que respecta al medio ambiente: un modelo de industria sostenible y material de construcción. Por su propia naturaleza, el corcho es reciclable y renovable, ya que es el único árbol que regenera su corteza, mientras que la cosecha de esa corteza no hace daño al árbol.
El Corcho ha estado infiltrándose en nuestros edificios durante muchos años; debido a sus propiedades resistentes, se puede encontrar, por ejemplo, en el suelo de tablero de ajedrez de la Biblioteca del Congreso. Incluso la NASA ha sido prudente con el peso liviano y la capacidad de aislamiento del corcho, usándolo como aislante para sus transbordadores espaciales.