Por sus características específicas, la arquitectura del sauna es interesante porque nos entrega lecciones relacionadas con la eficiencia y con la belleza de lo simple. Generalmente son estructuras arquetípicas muy básicas, con una distribución clara y funcional, creadas para contener distintos niveles de calor y humedad. Gracias a este baño de vapor, las personas en su interior liberan toxinas y mejoran su circulación sanguínea, y son muy utilizadas en zonas de climas fríos, en estrecha relación con la naturaleza y la presencia del agua.
Para funcionar, estos espacios habitualmente herméticos contienen una serie de bancas internas con distintas dimensiones y una fuente de calor que debe alcanzar temperaturas de entre 80 y 90°C, incluyendo, si es necesario, una chimenea para expulsar el humo. La madera es el material elegido por excelencia, utilizando en la mayoría de los casos especies nativas que mantienen su apariencia rústica y su textura natural. A continuación, revisamos 9 saunas diseñados por arquitectos, incluyendo algunos de sus detalles constructivos.