Los seres humanos han utilizado espejos desde el año 600 a.C., empleando obsidiana altamente pulida como superficie reflectante básica. Con el tiempo, se empezaron a utilizar pequeñas piezas de oro, plata y aluminio de manera similar, tanto por sus propiedades reflectantes como por sus cualidades decorativas. En el siglo I d.C., las personas ya habían empezado a usar el vidrio para fabricar espejos, pero fue solo durante el Renacimiento europeo que los fabricantes venecianos comenzaron a fabricar espejos aplicando respaldos metálicos a las láminas de vidrio, siendo el método más común de fabricación de espejos en la actualidad. Desde entonces, los espejos han seguido desempeñando un papel decorativo y funcional en la arquitectura, al servicio de una estética limpia y moderna a pesar de sus orígenes antiguos. A continuación, investigamos cómo se fabrican los espejos, recorremos una breve historia de su aplicación en la arquitectura y presentamos algunos consejos para los arquitectos que buscan incorporarlos en sus diseños.
https://www.archdaily.co/co/942172/espejos-en-la-arquitectura-posibilidades-del-espacio-reflejadoLilly Cao
Las luces de neón son una declaración audaz y cosmopolita que puede revitalizar o acentuar fácilmente un espacio o estructura arquitectónica. Con un brillo llamativo, una gran cantidad de opciones de color y vínculos con una estética retro, estas piezas de iluminación pueden hacer que un espacio se sienta simultáneamente moderno y nostálgico. Sin embargo, pocos entienden el funcionamiento científico o las propiedades materiales del neón, y muchos arquitectos descuidan su uso debido a su estrecha asociación con la señalización comercial. A continuación, exploramos cómo funciona el neón, su historia arquitectónica y cómo los arquitectos pueden seguir usándolo hoy.
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En un mundo principalmente urbano, que constantemente tiene que lidiar con problemas complejos como la generación de desechos, la escasez de agua, los desastres naturales, la contaminación del aire e incluso con la propagación de enfermedades, es imposible ignorar el impacto de las actividades humanas en el medio ambiente. El cambio climático es uno de los mayores desafíos de nuestro tiempo y es urgente buscar formas de, al menos, desacelerar el proceso. Para ayudar efectivamente en esto, nuestros hábitos de producción, consumo y construcción tendrán que modificarse, o la degradación del medio ambiente y el cambio climático continuarán disminuyendo la calidad y la duración de nuestras vidas y de las generaciones futuras.
A pesar de que parecen intangibles y distantes, los diversos problemas de ineficiencia y desperdicio son mucho más cercanos de lo que podemos imaginar, y están presentes en los edificios que utilizamos a diario. Como arquitectos este problema se amplifica aún más, ya que nos ocupamos diariamente de las decisiones de diseño y la especificación de los materiales. En otras palabras, nuestras decisiones realmente tienen un impacto a nivel global. ¿Cómo podemos utilizar el 'efecto mariposa' en favor de un futuro saludable para nuestro mundo?