La vivienda tradicional en México se está transformando rápidamente por una serie de factores, tales como la urbanización de zonas rurales, la interrupción de la transmisión del conocimiento popular, pérdida de bienes naturales y políticas públicas de vivienda que niegan la importancia de los sistemas constructivos tradicionales y promueven los materiales industrializados, lo cual genera imaginarios aspiracionales que re-significan el concepto de vivienda digna y resistente.
Este panorama conduce a la pérdida del patrimonio arquitectónico tangible e intangible, así como de los valores arquitectónicos que los pueblos originarios han desarrollado a lo largo del tiempo. Es decir, no solo los objetos arquitectónicos están en riesgo de desaparecer, sino también el conocimiento detrás de la vivienda vernácula, así como su relación y entendimiento complejo del territorio en el cual se inserta.