El pasado 27 de abril de 2017, el desplome del edificio Blas de Lezo II sacó a flote en la ciudad de Cartagena cantidades de construcciones que incumplen las licencias de construcción, tienen licencias falsas o incluso ni siquiera cuentan con los permisos necesarios para el desarrollo de la obra. En la tragedia murieron 21 obreros y más de 30 resultaron heridos. No fue hasta entonces, que un convenio entre la alcaldía de Cartagena con la Procuraduría formuló un plan de normalización para poner alto a la situación en el campo de la construcción que se desarrolla en la Heróica.
De acuerdo al diagnóstico presentado, para finales de octubre de 2017 se registraron 124 inmuebles que no tenían licencia o se construyeron con licencias falsas. Sin embargo, la problemática frente a la incongruencia en la expedición de licencias de construcción en Cartagena resurgió el mismo mes cuando se efectuó una denuncia contra la obra que se adelantaba del proyecto multifamiliar Aquarela.