Para nadie es una novedad que lo primero que se resiente en una crisis económica es la construcción y tampoco es ninguna novedad de que la construcción es la principal fuente de empleo de los arquitectos. Bueno, más allá que sacar conclusiones obvias, me parece una buena instancia para reflexionar sobre los escenarios y oportunidades en que nos pone esta crisis como disciplina.
Dada mi relativa corta edad nunca me había tocado experimentar en carne propia una crisis económica (en la crisis Asiática estaba saliendo del colegio), y en teoría todos tenemos claro de qué se trata: inflación, escasez, desempleo, menos oportunidades, quiebras, etc. Claramente lo último que quiero es ser un pájaro de mal agüero ni mucho menos… ya hemos tenido suficiente con las portadas de los diarios induciéndonos al pánico y con los noticiarios día a día mostrándonos gráficos que se van a pique y mercados totalmente bipolares e inestables.
Pero lo que me lleva a escribir esto es que hace como 1 mes estuvimos en Nueva York, (donde el consumo se viene desacelerando desde hace varios meses), entre otras cosas entrevistando algunos reconocidos arquitectos para publicar en este sitio (una vez que las podamos subtitular) y en ArchDaily. Al llegar a una oficina de tamaño mediano-grande (60 arquitectos) en un deslumbrante rascacielos, nos impresionó ver que habían hileras de puestos de trabajo prácticamente vacías: ahí estaban las maquetas, los computadores de última generación frente a cada una de las sillas, las láminas listas para ser mandadas a concursos… pero lo único que faltaba eran los arquitectos.