Estamos a días del cierre de las postulaciones de la décima edición del Premio Iberoamericano de Arquitectura y Urbanismo, en el contexto de la próxima BIAU, cuya próxima edición se realizará en Sao Paulo en julio de 2016. Desde 1998, cuando un abanico de nacionalidades fue reconocido en la primera edición del premio (Francisco Sáenz de Oiza, Paulo Mendes da Rocha, Eladio Dieste y Fernando Távora) hasta 2014, con el venezolano Fruto Vivas, siempre estará presente la discusión sobre quiénes merecen ser homenajeados en instancias internacionales como éstas.
¿Están las obras por sobre la discusión teórica?, ¿compromiso social o experimentaciones estructurales?, ¿qué "valores relacionados con la arquitectura y el urbanismo en Iberoamérica" deben ser premiados en este premio?