-
Arquitectos: Javier Senosiain
- Área: 202 m²
- Año: 2023
-
Fotografías:Julieta Badillo, Francisco Llubert, Tanya Picazo Navarro
-
Proveedores: Herman Miller, Bostik, Chapas, Raíces y Maderas, Comex, ILSA, Maderas Gavilán, Maderas Selvamex, Steelcase, Ternería Azteca
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Las circunstancias que imponen el ritmo y la vida actual nos han llevado a reflexionar sobre distintos aspectos, que podríamos considerar indispensables para la creación de espacios en donde los arquitectos sientan y disfruten los beneficios.
Nuestra prioridad ha sido idear sitios abrigadores, adaptados al ser humano; áreas acogedoras, continuas, en donde, tanto el espacio como las emociones, fluyan dentro de un ambiente que brinde libertad, espontaneidad y creatividad. Como lo hemos señalado, ambientes que sigan el ritmo natural de los movimientos del hombre; áreas en donde el mobiliario integrado facilite la circulación.
Surgió la intención de romper con la caja de cristal: “La idea básica: lograr espacios adaptados al cuerpo humano, semejantes al claustro materno, a los refugios de los animales, al de los trogloditas que esculpieron bajo la tierra, al iglú… no un regreso, sí una reconciliación meditada”. (Javier Senosiain, Bioarquitectura)
Se zonificaron dos atmósferas separadas por un túnel serpenteante que conduce a ambas: la privada y el taller.
El espacio del taller es muy amplio, contiene dos extensas mesas de trabajo para laborar, en forma colaborativa, ya sea de modo individual o colectivo: una está dispuesta para el diseño con computadora y la otra para el modelado de las maquetas. De manera que el personal creativo pueda interactuar.
Este gran espacio se vincula con una agradable terraza de usos múltiples, en donde los colaboradores pueden comer, descansar o trabajar. Es agradable en zonas urbanas contar con un sitio que permita el contacto con áreas verdes, viendo un parque con la ciudad al fondo.
La atmósfera privada la conforman dos cubículos que se perciben como cuevas y un volumen circular que funciona como sala de reuniones, tanto de carácter privado como para los miembros del equipo de trabajo o para presentaciones con los clientes.
El espacio original era un prisma rectangular delimitado por un muro en escuadra y por ventanales también en escuadra.
Para definir los nuevos espacios se diseñaron esqueletos de madera de pino en el sentido transversal, forrados con tiras delgadas en el otro sentido y, como acabado final, chapa de raíz de maple en muros plafones y pisos. La superficie de trabajo de los muebles se forró con piel, material que permite trabajar sobre una extensión cómoda y suave.
Convivir en este estudio es como laborar en una cueva cálida e iluminada, con estímulos sensoriales que cambian de un espacio a otro, dentro de una dinámica placentera a través de los juegos de luces que cambian a lo largo del día.
